Gerardo R. Bazán Navarrete, Gilberto Ortiz Muñiz y Jesús Cuevas Salgado / para Energía a Debate
Desde hace tiempo se debaten muchos temas relacionados con el calentamiento global y las posibilidades, medidas y períodos para amortiguar la emisión de gases efecto invernadero (GEI). Recordemos que entre los Estados Unidos, China y la Unión Europea producen más de la mitad de del total de GEI que se producen en todos los países del mundo. México produce 1.5 por ciento.
Básicamente las políticas públicas van encaminadas a descarbonizar o reducir, incluso, eliminar el uso de combustibles en las economías desarrolladas y emergentes, a través de la utilización de fuentes limpias y renovables de energía, lo que se conoce como la Transición Energética.
En este sentido existen cuatro temas recurrentes en la literatura internacional:
- El uso eficiente de la energía
- Los vehículos eléctricos
- Las fuentes renovables de energía
- La energía nuclear
El uso eficiente de la energía
La eficiencia energética juega un papel esencial para acelerar la transición a la energía limpia y para adquirir metas globales climáticas y de sustentabilidad. (1)
Es una medida que lleva al menos 40 años promoviéndose a nivel internacional.
En México, el tema empezó a mirarse de manera institucional a partir de 1989 con la creación de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (CONAE), si bien, desde antes, ya existían instancias en CFE y en PEMEX con objetivos análogos; en 2008 la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) reemplaza a la CONAE.
Se trata de reducir la intensidad energética en las actividades económicas y en el confort de las personas.
Los beneficios esperados se concentraban en la reducción de la demanda de combustibles y electricidad, y en reducir la necesidad de instalar nuevas capacidades de producción, transformación, transporte y distribución de energéticos.
Entre las aplicaciones más comunes se encuentran: el aislamiento térmico de edificios, para reducir la demanda de aire acondicionado; la sustitución de lámparas incandescentes, por lámparas ahorradoras y leds; el desarrollo de vehículos más ligeros y motores de combustión interna más eficientes; la promoción de la cogeneración para industrias y otras aplicaciones; la comercialización de los ciclos combinados; la incorporación de celdas fotovoltaicas, entre otras.
Estos desarrollos resultaron propicios por altos costos de los combustibles fósiles; ahora que se mantienen bajos, se espera que la tasa de mejoras podría ser menor. Esto preocupa a la Agencia Internacional de Energía (AIE), porque con el uso eficiente de energía se esperaba más del 40 por ciento en la reducción de gases efecto invernadero en los próximos 20 años. (1)
Los vehículos eléctricos
En este contexto, la incorporación acelerada de vehículos eléctricos, individuales, colectivos y de carga, que sustituyan a los de combustión interna, está en primera línea del interés de organismos internacionales, además de los fabricantes, desde luego.
Al respecto, Tom Randall y Hayley Warren de Bloomberg Green publicaron, el pasado 1 de diciembre, un artículo sobre una posible evolución de venta de vehículos con diferentes motores.
En la opinión de estos autores, el pico de ventas globales de vehículos con motor de combustión interna ya pasó y, en unos cuantos años, los vehículos eléctricos, principalmente, cubrirán el crecimiento de la demanda y la declinación de los primeros.
No obstante, la misma gráfica muestra que las ventas de autos eléctricos tendrá un crecimiento más bien paulatino, no de forma tan exponencial y masiva como se plantea en algunos foros; que dentro de 20 años, las ventas de motores de combustión interna podrían ser del orden de la mitad de las actuales; y que, si fuera el mismo caso para México, esto quiere decir que el petróleo y las refinerías seguirán siendo necesarias por varios lustros más.
Las fuentes renovables de energía
La incorporación masiva de fuentes de energía renovable, como el viento y el sol, para reducir la emisión de gases efecto invernadero en la producción de electricidad, ha sido otra de las propuestas más entusiastas de organismos como la COP, la Agencia Internacional de Energía, y las Naciones Unidas, así como de los fabricantes y desarrolladores de proyectos de este tipo.
En este sentido, es muy conocido el desarrollo logrado en países de la Unión Europea y en otras latitudes.
Un punto a favor es la significativa disminución de costos del equipamiento, así como el aumento de capacidad en las turbinas eólicas. Se tienen noticias de que ya se fabrica un aerogenerador de 6 MW.
No obstante, también son conocidas sus debilidades: la intermitencia, bajos factores de operación, la necesidad de respaldo de fuentes continuas e infraestructura para transportar la energía a centros de consumo.
Por otro lado, se puede comprobar que aun en los países con alta capacidad instalada, la generación de electricidad sigue dependiendo entre 60 y 80 por ciento de combustibles fósiles. Esto presume que la incorporación de las fuentes renovables también será paulatina, en la medida que las centrales térmicas actuales vayan cumpliendo su vida útil y los recursos de carbón, petróleo y gas natural se extingan.
La energía nuclear
Es una fuente limpia para generar energía eléctrica, no produce gases de efecto invernadero y es indicada para cubrir la demanda base durante las 24 horas del día. En las noches, podrá tener una aplicación estratégica para alimentar la carga de las baterías de los automóviles eléctricos.
En algunos países está siendo reducida progresivamente, pero en otros está incrementando su participación.
Nuestras conclusiones
Existe una fuerte presión para acelerar la entrada de las fuentes de renovables, solar y eólica, para protagonizar la transición energética.
Con la información presentada, se puede ver y concluir que la infraestructura de producción de vehículos con motor de combustión interna se irá reduciendo paulatinamente y serán sustituidos por vehículos eléctricos en el largo plazo.
De esta manera, se presume que las nuevas fuentes de energía limpia representarán solamente una porción dentro de la canasta de energías primarias.
En nuestra opinión, se estima conveniente, dentro de ese contexto, delinear una estrategia para impulsar la energía nuclear, al menos en México.
Referencias:
(1) Energy efficiency, International Energy Agency, 2020.
- * Gerardo Bazán es Premio Nacional de Química (gerardorbn@yahoo.com). Gilberto Ortiz es miembro del Consejo Químico y del Comité de Energéticos de Canacintra (gortizyasoc@gmail.com). Jesús Cuevas es consultor independiente en temas de energía (jcuevasmx@hotmail.com).