Este domingo se difundió la noticia de que la OPEP+ planea un nuevo recorte voluntario liderado por Arabia Saudita que reduciría por sí solo 500,000 barriles diarios. Los miembros de la OPEP y sus aliados podrían reducir entre los 1.1 y 1.6 millones de barriles diarios de crudo en el mercado mundial, lo que depende de que Rusia aporte a la reducción otros 500,000 barriles diarios. En cualquier caso, el recorte entraría en vigor a partir de mayo y se extendería durante todo lo que resta del 2023.
Claro que esto no es coincidencia. En medio del caos financiero propiciado por la escalada inflacionaria, el alza continua de tasa de referencia y el golpe a las instituciones bancarias no es el mejor momento para que los precios de los energéticos vuelvan a la carga. Pero es claro que el recorte sorpresa está dirigido a Estados Unidos por un par de razones particularmente.
“Es claro que el recorte sorpresa está dirigido a Estados Unidos”.
Por un lado, en octubre del año pasado Estados Unidos prometió a Arabia Saudita que no dejaría que los precios del petróleo se colapsaran y que, una vez que los precios tocaran los $75 dólares por barril en la referencia Brent, el gobierno de Estados Unidos comenzaría a llenar su reserva estratégica para mantener el precio estable.
Sin embargo, cuando el precio del Brent bajó de la marca a mediados de marzo, el gobierno de Biden mostró poco interés en iniciar la compra de petróleo para rellenar la reserva estratégica e incluso declaró que quizá, hacia finales del 2023, podrían iniciar con la compra para observar el comportamiento de los mercados globales derivado de los choques financieros recientes.
Por otro lado, tan solo la semana pasada la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos publicaba que en 2022 Estados Unidos rompió record de exportaciones de crudo alcanzando los 3.6 millones de barriles diarios, lo que representó un incremento del 22% comparado con 2021.
Ante una mayor producción de petróleo estadounidense en el mundo y con los precios bajando en comparación con el año anterior, parecía un buen momento para comenzar a llenar la reserva estratégica de Estados Unidos. Esto permitiría reducir el crudo circulando y detener la caída de los precios internacionales.
Estos dos eventos podrían haber tenido implicaciones políticas, o es lo que se rumora en los círculos que siguen el tema. Que Biden no cumpliera rápidamente con su palabra para mantener el precio internacional de petróleo contribuye al deterioro de las relaciones entre las dos naciones.
Por lo pronto, el precio del petróleo en las principales referencias ha subido alrededor de cinco dólares por barril tras el anuncio. Es muy pronto para saber si este precio se mantendrá en el futuro o cómo responderá Estados Unidos o, incluso, si los países, incluyendo Rusia, cumplen con la reducción voluntaria, pero lo que es un hecho es que esto ocurre en un momento complicado por la presión inflacionaria global.
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