México, junto con India, Brasil y Arabia Saudita, son los países que más se han beneficiado de la redirección de la Inversión Extranjera Directa (IED), principalmente occidental, que salió de Rusia y de sus países aliados luego del inicio de la invasión a Ucrania, revela un estudio.
Como resultado de la invasión rusa sobre territorio ucraniano de finales de febrero de 2022, las inversiones extranjeras, principalmente las relacionados con el sector de la producción –como manufacturas, minería, construcción y energía– y en segundo lugar de servicios –como finanzas, transporte y comunicaciones, comercio minorista, comercio mayorista, servicios y administración pública– empezaron a salir de la Federación Rusa y países alineados para dirigirse a naciones más neutrales.
A estos países, entre otros, Maximilian W. Dirks, del Instituto de Investigaciones Económicas de Leibnitz (RWI), ubica en el “bloque libre” dentro de la geopolítica actual.
De hecho, apunta Dirks, del conjunto de países sin bloque compuesto por 125, aproximadamente el 70 por ciento del volumen total de inversión transfronteriza se concentra en tan solo diez: Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Chile, India, Indonesia, México, Malasia, Arabia Saudita, Singapur y Vietnam.
Entre estos países, añade, los mayores flujos de IED imprevistos se observan en Brasil, India y México, que han atraído, respectivamente, 5 mil 200 millones de dólares (mmdd), 4 mil 600 mmdd y 4 mil 400 mmdd adicionales desde la guerra.
A pesar de todo, México en el top 5
En su paper “When Two Quarrel, the Third Rejoices: Windfall FDI and the Early Winners of the Russian-Ukrainian War” (“Cuando dos se pelean, el tercero se alegra: La Inversión Extranjera Directa caída del cielo y los primeros vencedores de la guerra ruso-ucraniana”), Dicks dice que aun con su baja posición en algunas áreas, México se ubica dentro de los cinco países que más IED inesperada han recibido como consecuencia del conflicto bélico.
“México, a pesar de su baja posición en algunas áreas, probablemente se beneficia de su ubicación estratégica dentro de la zona de libre comercio de América del Norte, lo que le proporciona acceso directo a los mercados estadounidenses”, señala el documento de junio de este año.
Además de India, Brasil y Arabia Saudita, a este top 5 se integra Emiratos Árabes Unidos.
Explica que para el estudio se comparan los países en función del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el PIB per cápita y la inflación para tener en cuenta los determinantes económicos y el control de la corrupción, la eficacia gubernamental, la estabilidad política y la solidez del Estado de derecho para la calidad institucional.
Así, según el análisis, el PIB real de Brasil, India y México ha aumentado casi un 2 por ciento en promedio desde el inicio de la guerra.
“Estos hallazgos resaltan las implicaciones económicas más amplias del realineamiento geopolítico provocado por la invasión, identificando a los ganadores y perdedores en el cambiante panorama de la IED, con los países sin bloques del Sudeste Asiático y América Latina emergiendo como los primeros ganadores de la guerra ruso-ucraniana”, expone.
Por el contrario, el paper considera que los peores en la lista de recepción de la IED adicional son Argentina, Colombia, Serbia, Filipinas y Turquía.
“Algunos países de los 5 peores también ofrecen mercados importantes. Sin embargo, surgen diferencias clave en términos de estabilidad de precios y tamaño del mercado. Turquía y Argentina, a pesar de tener mercados de tamaño comparable al de México y Brasil, han experimentado una inflación persistentemente alta durante los cinco años previos a la guerra”, refirió.
Las pérdidas de Rusia y aliados
En un análisis profundo, Dirks evidencia la caída de la inversión extranjera directa en Rusia y sus aliados –incluida China y algunas naciones de África– a partir de la invasión, principalmente en los sectores productivos y, en segundo lugar, en los de servicios.
“La disminución de los flujos de IED hacia Rusia y los países con una inclinación hacia Rusia es más pronunciada en los sectores productivos que en los servicios. Por el contrario, los resultados indican que los flujos de IED hacia países sin un bloque han aumentado considerablemente en los sectores productivos […] Concluyo que, efectivamente, las empresas han redireccionado las inversiones transfronterizas según las directrices geopolíticas establecidas desde el inicio de la guerra”, expone.