Tabasco es el Delta del Níger mexicano. Al igual que aquel país africano donde ocurren cientos de derrames de hidrocarburos cada año por la presencia de las principales petroleras globales, así está la tierra del presidente que concentra el 50% de total de los derrames petroleros de Pemex.
Quiero mostrarles una alarmante comparación. En los últimos 50 años, la región del Delta del Níger ha sufrido alrededor de 6 mil derrames que han destruido los manglares de la zona, la fauna protegida, así como daños incalculables en la salud de sus habitantes. Pero en México la situación es mucho más crítica, pues según reportes de transparencia, en solo 5 años se han tenido casi 2 mil derrames y fugas moderados y graves, sin contar los innumerables casos menores que no se registran oficialmente.
OJO, en una décima parte del tiempo, México tiene casi la tercera parte de los derrames ocurridos en el Delta del Níger, que es la zona más contaminada del mundo, según la ONU.
Y en este comparativo, la joya de la corona es Tabasco, donde se contabilizaron mil 40 accidentes petroleros: en el municipio de Cárdenas se registraron 305 casos y enseguida Huimanguillo con 250 fugas y derrames. La contaminación es tan grave, que los accidentes petroleros se extienden en prácticamente 14 de los 17 municipios del estado.
En mis redes sociales reporté un último caso la semana pasada, en la vía corta Cunduacán – Comalcalco a 20 kilómetros de donde se inauguró la refinería Dos Bocas. Las imágenes del derrame se viralizaron, ya que era impactante ver borbotones de petróleo derramados en medio de nuestra selva. ¿Y qué hizo Pemex? Emitir un comunicado informando que la fuga fue gracias a un acto deliberado de una persona que cerró una válvula generando un incremento en la presión que reventó el ducto. Pero ¿quién es el culpable?, ¿quién tuvo acceso a las instalaciones sin autorización?, ¿cuánto recurso se destinará a la mitigación y al mantenimiento para que no vuelva a suceder? Opacidad y falta de transparencia, las únicas respuestas.
Pemex sigue recibiendo recursos millonarios para su operación. Según datos del IMCO, entre enero de 2019 y junio de 2022, el gobierno federal apoyó a Pemex con 792 mil millones de pesos. Este monto equivale a 1.6 veces los recursos ejercidos por la Secretaría de Salud durante ese periodo. Entonces, ¿cómo es posible que no haya un presupuesto suficiente para el mantenimiento de ductos que mitiguen los constantes derrames y fugas de hidrocarburos?
“¿cómo es posible que no haya un presupuesto suficiente para el mantenimiento de ductos…?
Las consecuencias ambientales y de sustentabilidad derivadas del descuido gubernamental son inmensas. Enormes manchas de aceite se dejan ver cerca de nuestras costas y en los sistemas lagunares que afectan la cadena natural de alimentación, matando a miles de especies endémicas, así como la degradación ambiental causada por la sobreexplotación, los permanentes derrames y las nuevas instalaciones de la refinería, lo que nos lleva a la conclusión de que serán mucho más los costos que los beneficios para los habitantes de estas zonas.
La política energética del país está de cabeza. Los ciudadanos de Níger están hartos de beber agua sucia, comer pescado contaminado y respirar gases tóxicos, pero sobre todo están hartos de esperar justicia. El gobierno de cuarta nos lleva hacia el mismo camino.
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