La ‘Hora del Planeta’, durante más de 15 años, ha logrado que más de 200 países pongan en acción estrategias y compromisos, en conjunto, que concienticen a la población en hacer posible un mundo energéticamente eficiente sin dañar el medioambiente.
Durante marzo, los equinoccios de primavera (en el hemisferio norte) y otoño (en el hemisferio sur) tienen una puesta del sol que coincide, provocando que el impacto visual de ‘apagar las luces’ sea más significativo para lograr esta iniciativa.
Es una realidad que, a nivel global, la demanda de energía ha aumentado, generando una crisis que ha sido potenciada por los eventos históricos de los últimos años. Tan solo en 2021, las emisiones de CO2 por combustibles fósiles experimentaron un aumento récord, motivo para reflexionar sobre la adopción de energías renovables.
Revertir un escenario de crisis no es sencillo y, aunque diversas economías ya están en búsqueda de energías limpias que logren desplazar del 80% al 60% la energía generada por combustibles fósiles para 2030, se debe transformar aún más el panorama que ayude a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La revolución tecnológica del uso de energías limpias tiene la intención de enfatizar que no es necesario sacrificar el acceso a la luz durante un periodo y que es posible generar electricidad y reducir las emisiones de carbono al mismo tiempo.
“La revolución tecnológica del uso de energías limpias tiene la intención de enfatizar que no es necesario sacrificar el acceso a la luz durante un periodo”.
Ante esto, la participación de la industria ha sido clave para promover modelos de negocio que conduzcan a la descarbonización del planeta y que, así, las empresas de energía sustentable enfoquen sus esfuerzos en la electrificación sostenible, que es su pilar principal.
Desde 2019, la Iniciativa de Energía Renovable para Latinoamérica y el Caribe ha tenido como objetivo acelerar la neutralidad del carbono en los sistemas eléctricos y lograr 70% de generación eléctrica con la participación de la energía renovable.
Modernizar las redes de energía y favorecer la transición energética de manera que resulte significativa para los principios establecidos por el acuerdo de París debe ir de la mano de inversión pública y privada para crear la infraestructura adecuada para la distribución.
Esto, además de representar rentabilidad para los negocios, hace un cambio significativo en la disminución de emisiones de carbono. De acuerdo con un informe de Corporate Knights, empresas como Enel han logrado una reducción de 73 millones de toneladas de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) desde 2012.
A través de estrategias como Net Zero, para 2040 se busca favorecer la transición energética e impulsar una transformación de las infraestructuras de distribución, a través de la consolidación de una matriz creada por inversión público-privada.
La evolución de iniciativas como la ‘Hora del Planeta’ pueden ser transformadas para tener un impacto los 365 días del año gracias a la energía asequible y no contaminante, de la misma manera que destinar recursos a la innovación y progreso tecnológico de las renovables para así crear comunidades sostenibles.
*/ Teresa Mijangos es especialista de Medio Ambiente en Enel México.
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