La mudanza del personal de Pemex de la Torre Ejecutiva en la Ciudad de México a los distintos puntos en Veracruz, Tabasco y Campeche, parece no estar resultando muy cómoda para los trabajadores ni dar las condiciones para la continuidad de sus labores.
Unas 50 personas fueron enviadas al Centro Administrativo Mocambo, que sigue en remodelación y acondicionamiento, por lo que los enviaron a que se “instalen” en el edificio de la foto.
Y no es que el personal de Pemex sea fifí, pero no se antoja trabajar todos los días en ese sitio, por lo que los mandaron a “home office”, mientras se acondicionan las instalaciones.
Esto afecta el desempeño laboral, al no contar con los servicios suficientes de internet y de conectividad a las redes de la empresa.
En el contexto de la pandemia por el coronavirus, un buen porcentaje de la plantilla se fue a trabajar a casa, pero no todos pudieron hacerlo de la mejor manera, pues Pemex no cuenta con suficientes VPN (Virtual Private Network), unos sistemas de encriptación de información para el tráfico en internet.
Quizá habría sido más conveniente primero acondicionar todo y dejarlo listo y funcional, para después enviar a los empleados a instalarse en el inmueble.
Todo es bueno para hacer política
El gobierno de Estados Unidos anunció una estrategia para inyectar 50 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas de emergencia en los próximos meses para aliviar un poco la escalada del precio internacional del hidrocarburo.
La secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, advirtió que es una estrategia de corto plazo, pero la visión a largo plazo es caminar hacia renovables.
La iniciativa de Joe Biden abre la puerta a una eventual presión a los productores de petróleo desde el grupo conformado por Estados Unidos, China, India, Japón, Corea del Sur y Reino Unido quienes quieren disminuir la demanda global de petróleo para disminuir los precios, lo cual es una postura antagónica a la OPEP+ que quiere mayores precios internacionales.
En este grupo están invitadas Rusia y México. En ese contexto Rocío Nahle, envió un comunicado en el que aplaudió la decisión del gobierno de Estados Unidos. ¿Se le olvidó que México está en el grupo que restringe la oferta para subir los precios?
Pero además, la secretaria se aventó un mensaje ensalzando la política energética nacional que “ha permitido mantener el abasto de combustibles y electricidad de forma constante y a precios por debajo de la inflación”.
¿Olvidó la secretaria los tres apagones que llevamos; el desabasto de gasolina el primer año del gobierno; que la administración le puso tope al precio del gas LP y hasta inventaron gas bienestar sin resultados; y el alza de 12.15 por ciento anual en el periodo febrero-noviembre de 2021 de las gasolinas de alto octanaje con todo y estímulo del IEPS?
¿No que no?
Estados Unidos respeta la soberanía de México pero defenderá los inversiones de sus empresas en el sector energético mexicano.
El gobierno mexicano negó siempre fricciones con la administración Biden por el tema y les había salido bien, hasta que el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que ya le expresaron sus “preocupaciones” en torno a promover una matriz energética con fuentes más contaminantes o caras.
Advirtió que las fuentes más limpias, en general son más económicas y ayudan a la soberanía energética.
“El hecho es, por supuesto, que México es un país soberano, va a tomar decisiones soberanas sobre su sector energético, pero seguimos abogando por procesos de adquisiciones abiertos y transparentes. Confiamos en que México cumplirá con sus compromisos internacionales en ese sentido”, aseguró Ned Price, por si no quedaba claro.