El presidente de México no verá la autosuficiencia en combustibles. Ya en Pemex admitieron que esta se va a alcanzar hasta que se terminen las dos coquizadoras.
La primera de ellas, la de Tula, con un avance físico de 92 por ciento, se echará a andar el cuarto trimestre de 2024, ya cuando haya un nuevo mando en la Presidencia.
Esa es la de corto plazo. La de largo plazo, la de Salina Cruz, está programada para arrancar en octubre de 2025.
Todo esto, claro está, bajo los cálculos, que si hay algo que nos han demostrado, es que no son confiables.
Golpe a los estados
Y hablando de Pemex, una de las cosas que más resaltan en la administración federal es “el apoyo” en efectivo y la reducción de impuestos para Pemex.
Los costos son evidentes. Todo el dinero adicional que se ocupa para Pemex es sacado de otras áreas, como pueden ser salud, educación, seguridad, etcétera.
Pues bien, el impacto ya no sólo se limita al gasto federal, pues el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, ya reconoció que la baja en los impuestos que recauda el Estado de Pemex le va a pegar a la lana que reciben las entidades federativas cada año del gobierno federal.
Todos están metiendo dinero bueno al malo, para que Pemex sea rescatado sin hacer esfuerzos ni eficiencias, y a costa del gasto que destina el Estado y las entidades federativas para cubrir las necesidades básicas de 127 millones de mexicanos, pero sabemos que eso no es prioridad en Moneda #1.
Iberdrola, reloaded
En la semana pasada, Enrique Alba, CEO de Iberdrola México adelantó que la empresa se queda en el país y que van a invertir más.
Su objetivo es desarrollar energías renovables y soluciones de descarbonización.
La confianza de la empresa en el país se mantiene y será cuestión de tiempo para saber en dónde vertirán los recursos.
Lo que sabemos hasta ahora es que la empresa ha hecho guiños a Nuevo León, Puebla, Oaxaca, Guanajuato y Durango.