Uno de los principales discursos de la mayoría de los presidentes que ha tenido el país, desde Lázaro Cárdenas, es que Pemex es una empresa de todos los mexicanos y el nombre de la compañía ha sido utilizado como un motivo para generar identidad entre los connacionales.
En este sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que impulsaría la soberanía energética, a través del rescate a Pemex.
Sin embargo, de acuerdo con un sondeo realizado por Energía A Debate, los mexicanos no perciben a Pemex como un motivo de orgullo nacional.
Para Mónica Martínez, de 50 años, Petróleos Mexicanos es una empresa que perdió la productividad y que representa millonarias pérdidas para los mexicanos.
Para José Caporal, de 58 años, el gobierno federal no ha sido lo suficientemente transparente en el ejercicio de los recursos que inyecta a Pemex.
Para el actor, Mauricio Freyssinier, de 57 años, en un inicio, Petróleos Mexicanos fue un orgullo para el país, pero con el paso del tiempo, se convirtió en la caja chica de los gobiernos y que ahora es una carga.
Las preocupaciones de los ciudadanos también abarcan la cantidad de contaminación de la que es responsable la empresa:
Además, la mayoría de los encuestados opinan que es necesario ver a futuro y apostar por energías renovables que sustituyan a las fuentes contaminantes y no renovables.
Visión joven
La visión de las nuevas generaciones también apunta a que Pemex evolucione hacia el futuro y deje atrás la extracción y producción de combustibles fósiles como fuente principal.
Pemex es una empresa con potencial interesante, pero estancada y obsoleta debido al mal manejo que ha tenido por años, que tiene que actualizarse a un modelo que abandone la explotación y manejo de combustibles fósiles, consideró Iván Muñoz, un ingeniero eléctrico.
Opina además, que la empresa debe buscar otras alternativas que reduzcan la demanda de gasolinas en lugar de priorizar la refinación para la obtención de estas.
Por su parte, Iyari Balderas, de 24 años, comentó que la empresa debe avanzar hacia una transición energética justa de forma diversificada; gubernamental, privada y ciudadana; pero con regulación en las leyes mexicanas.
Finalmente, Iyari Balderas confía en que Pemex pueda convertirse en un catalizador de energías renovables a diferentes escalas. Para ello, el ambientalista menciona que es necesario generar reformas para la empresa petrolera que faciliten la creación de cooperativas energéticas, para impulsar una transición justa.
Con información de Mario Alavez