Recientemente se han desatado innumerables críticas hacia la empresa productiva nacional como consecuencia de la revisión en su calificación financiera por parte de una de las agencias internacionales encargadas de este tema. La revisión de los parámetros que hacen estas firmas a las empresas privadas que cotizan en la bolsa de valores es un importante ejercicio rutinario para mantener la transparencia de la gestión de las organizaciones en apoyo a los inversionistas.
En el caso de empresas estatales, el objetivo es alertar a los responsables de éstas y a los gobiernos sobre los potenciales riegos que enfrentan en un momento determinado, de modo que asuman las acciones preventivas o correctivas necesarias. PEMEX, como cualquier otra empresa estatal o privada, es sometida constantemente a escrutinios financieros por parte de las agencias calificadoras y el monto de su deuda, así como la relación deuda-patrimonio, son los indicadores que más destacan para efectos de estas evaluaciones.
Cualquier evento o incidente relevante que ocurra en las empresas llama la atención de los analistas de estas agencias, lo cual, sin duda, impacta las revisiones que periódicamente llevan a cabo. En el caso de PEMEX, la agencia que recientemente la calificó debió tomar en cuenta, antes de emitir su evaluación, varios logros significativos relacionados particularmente con su proceso de exploración y producción. Estos logros han permitido –entre otras cosas– controlar y atenuar la declinación de su producción y estabilizarla, así como recuperar la restitución de las reservas a pesar de las condiciones adversas que la industria de los hidrocarburos ha vivido a nivel mundial, mucho antes de la pandemia, durante su desarrollo y desde hace más de un año con la confrontación entre Rusia y Ucrania.
“La empresa productiva nacional se mantiene entre las primeras diez del mundo”.
A pesar de las difíciles circunstancias vividas recientemente, es importante no perder de vista que la empresa productiva nacional se mantiene entre las primeras diez del mundo, con una producción que supera el millón y medio de barriles diarios, además de mantener unas reservas probadas, probables y posibles (3P) que superan los 20 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalentes. De estos, 7 mil millones son reservas probadas, las cuales se han mantenido en los últimos tres años, lo que significa que la restitución de reservas ha sido cercana al 100%, es decir, se reemplaza cada barril que se produce.
También es importante tener presente que el subsuelo del país mantiene unos recursos prospectivos del orden de los 113 mil millones de barriles, localizados en tierra y en aguas someras y profundas. Estos recursos incluyen los hidrocarburos denominados no convencionales que se encuentran en lutitas –y que la tecnología ya los ha convertido en convencionales–, cuya explotación representa una oportunidad extraordinaria para PEMEX y el país, entre otras cosas, por su ubicación somera en el subsuelo, lo cual facilita su extracción futura a costos muy competitivos. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) considera a México como el tercer país en América con recursos prospectivos de hidrocarburos de lutitas, después de Estados Unidos y Argentina.
Una mirada a la curva de producción en el último lustro permite observar cómo ha ido cambiando el perfil de declinación, consecuencia de la incorporación de barriles frescos provenientes de varios campos descubiertos y desarrollados de manera acelerada, en particular Ixachi, Quesqui y Tupilco. Estos campos, desarrollados durante esta administración, le han permitido a la empresa nacional atenuar la declinación de la producción, estabilizarla y restituir reservas producidas, partiendo de una estrategia donde se ha priorizado la búsqueda de yacimientos en áreas ya conocidas y que en la industria se conoce como exploración de jardín. Dicha estrategia ha facilitado la incorporación de barriles que rápidamente se convierten en producción temprana debido a la existencia de instalaciones disponibles en esas áreas exploradas. En total, estos campos han aportado, de manera creciente, más de 1000 millones de pies cúbicos de gas por día y alrededor de 350 mil barriles de condensado y crudo liviano.
Estos descubrimientos han generado muchos retos para los técnicos de PEMEX relacionados con el manejo de los volúmenes de gas producidos en esos campos, los cuales necesitaron soluciones tecnológicas, así como la construcción acelerada de instalaciones para complementar la infraestructura existente a fin de incrementar su aprovechamiento y cumplir con los requerimientos de las autoridades regulatorias. Hoy en día el factor de aprovechamiento del gas de PEMEX se encuentra cerca del 97%, un indicador óptimo para la dimensión de las operaciones de la empresa nacional.
De igual modo, hay otros aspectos que PEMEX Exploración y Producción ha optimizado asociados con la excelencia operativa, principalmente en la perforación de pozos –el proceso más importante de este eslabón del negocio–, en el cual se han estandarizado mejores prácticas que han permitido una reducción en los tiempos de perforación y los tiempos improductivos, ocasionados principalmente por la logística y disposición de herramientas necesarias en situaciones de dificultad operativa.
Las operaciones continuas de la industria implican un esfuerzo que debe maximizar en lo posible la automatización de procesos que faciliten su seguimiento de manera cotidiana. Cualquier incidente o evento tiene ahora un alto grado de escrutinio por parte de las agencias calificadoras, así como por las instituciones bancarias y los fondos de inversión, los cuales exigen la adecuada certificación API o ISO que respalde la existencia y cumplimiento de prácticas y normas administrativas para responder ante cualquier evento que involucre aspectos de Ambiente, Seguridad y Gobernanza, conocidos como ESG, por sus siglas en inglés.
Es muy conveniente que la empresa nacional utilice los mecanismos de comunicación digitales y los medios para difundir los positivos resultados operativos que se vienen logrando en un contexto histórico que ha resultado retador para la industria global, pues son esos resultados visibles los que revierten cualquier disconformidad que puedan tener las agencias calificadoras de riegos al momento de realizar sus revisiones.
La deuda financiera de PEMEX sigue siendo un tema delicado ante la opinión pública y es oportuno recordar que a lo largo de su historia nunca ha ocurrido incumplimiento con los pagos de sus responsabilidades (default). La Dirección General de la empresa les ha otorgado suma importancia a estos asuntos tomando las medidas necesarias, demostrando a las agencias calificadoras y al país que existe la preparación, la voluntad necesaria y el respaldo suficiente para responder responsablemente ante cualquier eventualidad.
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