Redacción Energía a Debate (con información de AP)
El precio de la mezcla mexicana de exportación cerró este viernes en 35.75 dólares por barril en un día en que los precios del petróleo cayeron cerca de 10 por ciento. No se daba una caída de esta magnitud porcentual en un solo día desde 2014.
El crudo West Texas Intermediate cerró en 41.28 dólares por barril, 10.1 por ciento menos que el jueves, mientras que el Brent retrocedió a 45.27 dólares, una disminución de 9.4 por ciento. La mezcla mexicana se vio más afectada, tratándose de crudo más pesado. Además, analistas del mercado ya prevén mayores caídas en los próximos días a raíz de versiones de que Arabia Saudita lanzará una guerra de precios.
La caída de las cotizaciones se debió a que las conversaciones entre los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEP) y aliados no miembros encabezados por Rusia, un grupo conocido como OPEP+, finalizaron este viernes sin ningún acuerdo de recorte en la producción de crudo.
Un acuerdo habría sido esencial para evitar una caída del precio del petróleo ante el brote del virus que, según se prevé, causará una fuerte baja de la demanda. Según algunas versiones, fue Rusia quien se negó a unirse a un acuerdo con la OPEP, al considerar que una baja del precio sacaría del mercado a los productores de shale oil en Estados Unidos. Los 14 países que conforman el cartel esperaban un acuerdo para reducir la producción ante la irrupción del virus en la economía global.
Información de la agencia Bloomberg publicada este sábado indica que Arabia Saudita ya habrá lanzado una guerra de precios al reducir los precios de sus ventas de crudo Arab Light a mercados en Asia entre 4 y 6 dólares por barril y al mercado estadounidense en 7 dólares por barril. Según un anuncio oficial de precios visto por Bloomberg, los sauditas habrían recortado los precios de su crudo marcador drásticamente este fin de semana en un esfuerzo para colocar el mayor número posible de barriles en el mercado.
La intención saudita sería tronar a los productores de petróleo en otros países, sobre todo en Rusia y Estados Unidos. Analistas citados por algunas fuentes este fin de semana prevén que los precios del petróleo podrían caer hasta 20 dólares por barril en caso de una guerra de precios.
El secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo de Nigeria, dijo que la reunión de la semana pasada se llevó a cabo sin un resultado. El grupo no emitió ninguna declaración y se vio a los ministros abandonando la sede del cartel en Viena.
No quedó claro si las conversaciones se retomarán en próximos días. El fracaso para alcanzar un acuerdo podría enviar todavía más hacia abajo los ya débiles precios, aplicando más dolor al parche petrolero de Estados Unidos, por el que miles de trabajadores han sido despedidos.
La OPEP quería recortar la producción en 1.5 millones de barriles por día, o 1.5% de la producción mundial. Los países de la OPEP, como Arabia Saudita e Irán, dicen que necesitan de aliados no miembros que colaboren con 500 mil barriles de ese recorte.
Esto podría ser difícil dado que la producción norteamericana ha tendido a compensar los recortes anteriores de la OPEP, mientras que Rusia está en mejores condiciones para resistir los menores precios que los miembros, como Arabia Saudita.
Dicen analistas que la OPEP puede luchar para mantener los precios de siguientes caídas: “Todavía hay mucha incertidumbre frente al monto de destrucción de demanda”, dijeron analistas de la firma de investigación Petromatrix en una nota a inversionistas.
La referencia internacional de petróleo crudo cayó cerca de 8% a 46.5 dólares por barril el viernes. Se ha estado comercializando sobre los 50 dólares en los últimos días, ya ahora está por debajo de los 69 dólares que tenía en enero, justo antes de la aparición del virus.
Rusia y otros países que no pertenecen al cartel han estado trabajando con la OPEP en los últimos años y han tenido acuerdos sobre los recientes recortes. Sin embargo, Rusia puede tolerar precios bajos mejor que Arabia Saudita, la cual necesita un precio de 83.60 dólares por barril para balancear su presupuesto gubernamental, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Rusia necesita un precio de solo 42.40 dólares.
Con un precio por debajo de los 50 dólares, los productores de Estados Unidos, incluyendo los grandes gigantes como Exxon, están reduciendo la perforación de pozos en la medida en que sus ganancias se ven golpeadas. El parche petrolero ya ha estado eliminando miles de empleos y sufriendo de bancarrotas que están surgiendo, y los menores precios van a exacerbar esos problemas.
La expansión del coronavirus ha reducido abruptamente los viajes por avión y en consecuencia la demanda de turbosina, mientras que la industria en China, la segunda economía mundial, se ha frenado severamente por los recortes y las restricciones en los viajes.
Algunos economistas piensan que la economía global podría contraerse en el primer trimestre por primera vez desde la crisis financiera, arrastrando la demanda de energía.
La producción petrolera de Estados Unidos, que no es parte de la OPEP y a diferencia de Rusia no coopera en sus decisiones de producción, se ha disparado en los años recientes, inundando el mercado y manteniendo los precios bajos.