Redacción / Energía a Debate
Fitch Ratings redujo este día seis calificaciones de Petróleos Mexicanos, que incluyen su capacidad tanto como emisor en las escalas en moneda extranjera y nacional, como en bonos internacionales, y mantuvo la Perspectiva de la petrolera en Negativa.
En un boletín emitido esta tarde, la calificadora bajó de BBB+ a BBB- a Pemex en las escalas internacionales a bonos internacionales en moneda extranjera y local, sufriendo la misma suerte las calificaciones en moneda extranjera (International Depositary Receipts) y en moneda local.
Entre las razones de estas reducciones, la calificadora argumentó la poca acción del gobierno mexicano para detener su deterioro y que las inversiones anunciadas por la presente administración no son suficientes.
“La baja en las calificaciones de Pemex refleja el deterioro continuo del perfil crediticio individual de Pemex y la baja a ‘CCC’ desde su anterior calificación de ‘B-’, como resultado de una generación negativa persistente de flujo de fondos libre (FFL) junto con una subinversión en exploración y producción”, explicó la calificadora.
El subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez, aseguró que esta calificación refleja las condiciones en las que se encuentra Pemex y explicó que la empresa ha estado muy gravada, ya sea a través de impuestos o de derechos de extracción.
De lo que se trata, explicó, es apoyar a la empresa y refirió que actualmente existe un número de pozos cerrados porque Pemex no los está operando, “no son rentables dado el tratamiento fiscal que tienen”, añadió el funcionario y adelantó que la dependencia va a cambiar el tratamiento fiscal de esos pozos.
En el marco de la presentación de la plataforma de préstamo y acciones de la Bolsa Institucional de Valores, BIVA, el subsecretario descartó que el anuncio fuera sorpresivo. “Este tema ya había sido motivo de conversaciones en el periodo de transición”.
En su comunicado, Fitch Ratings señaló que proyecta que Pemex reporte un FFL negativo de entre USD3 mil millones y USD4 mil millones para 2018 y 2019. “Este déficit en flujo de efectivo está subestimado y sería significativamente mayor de entre USD12 mil millones y USD17 mil millones por año, incluye aproximadamente entre USD9 mil millones y USD14 mil millones anuales de inversión adicional, que es el monto que Fitch considera que se debería de invertir para reponer reservas”, refirió.
Al respecto, Fitch consideró que este monto de inversión es suficiente para detener la caída anual de producción si es eficientemente invertido. Fitch también espera que Pemex reporte una razón de deuda total a reservas probadas (1P) de aproximadamente USD15 de deuda por barril (bbl) para el año 2018 y que el apalancamiento ajustado entre FGO continúe sobre las 10 veces (x), lo que para Fitch corresponde a insolvencia.
Destacó que continúa evaluando la fuerza de la propiedad y control del gobierno hacia la compañía como “muy fuerte” y el historial de soporte como “moderado”. La valoración mencionada, dijo, resulta de la extracción de cantidades importantes de fondos de Pemex por parte del gobierno, lo que restringe la evaluación de soporte de Fitch.
Advirtió que una transferencia continua de fondos al gobierno mexicano junto a una subinversión persistente y FFL negativo podrían resultar en una revisión de la evaluación futura de Fitch sobre los incentivos de soporte por parte del gobierno a Pemex por debajo de “fuerte”, lo que resultaría en una presión negativa de las calificaciones.
En opinión de Fitch, la medida recientemente anunciada por el gobierno mexicano para apoyar a Pemex no es suficiente para contrarrestar el reciente deterioro en el perfil crediticio individual de la compañía.
Fitch Ratings también destacó el riesgo que existe en el papel fundamental de Pemex como suministrador de combustibles líquidos. “Una crisis financiera en Pemex podría interrumpir el suministro de combustibles líquidos en todo el país, lo cual podría tener consecuencias sociopolíticas importantes para México”, afirmó.
“El país se basa en Pemex para prácticamente todo el suministro de gasolina y diésel, de los cuales aproximadamente dos terceras partes provienen de las importaciones. Una crisis financiera en Pemex también tiene el potencial de tener consecuencias financieras importantes para el gobierno y otras entidades relacionadas con relación a su acceso a financiamiento”, añadió la calificadora.