Redacción / Energía a Debate (con información de agencias)
La OPEP+, cártel de productores petroleros liderado por Arabia Saudita y Rusia, al que también pertenece México, decidirá este jueves sobre un posible aumento de su producción petrolera para responder a un aumento de los precios provocado por la recuperación de la demanda global en las últimas semanas.
La expectativa es que la OPEP+ sí elevará su producción en esta ocasión (a diferencia de las anteriores) porque se percibe un sobrecalentamiento de los precios del petróleo, con las cotizaciones del Brent y el WTI firmemente arriba de los 70 dólares por barril.
En el cártel, se plantea que el precio actual está en un nivel adecuado y que es mejor estabilizarlo en ese nivel y no despertar la ambición de los frackers de los Estados Unidos y a las grandes petroleras para aumentar su oferta de crudo. Entonces, el reto es subir la producción en orma moderada, pero no lo suficiente para alterar los equilibrios en el mercado.
Pero un factor quizás más impredecible acecha al mercado: la aparición de nuevos brotes de Covid-19, sobre todo de la variante Delta, que ya ha provocado confinamientos en algunas partes de Asia y Australia. Pero los analistas del mercado siguen optimistas de que la distribución de las vacunas frene los contagios y permita una robusta demanda de petróleo.
“La narrativa de los últimos meses no ha cambiado: la guerra contra el virus se está ganando gradualmente, la economía mundial y la demanda de petróleo se están recuperando”, dijo Tamas Varga, analista de PVM Oil.
Los pronósticos de demanda de la OPEP muestran que en el cuarto trimestre la demanda mundial de petróleo superará a la oferta en 2.2 millones de barriles por día (bpd), lo que dará a los productores cierto margen para acordar aumentar su bombeo.
Los analistas esperan que OPEP+ aumente la oferta esta semana, ya que el mercado se ha ajustado debido al fuerte crecimiento de la demanda de combustible en Estados Unidos y China, los dos mayores consumidores de petróleo del mundo.
España y Portugal, dos de los destinos de vacaciones de verano favoritos de los europeos, impusieron nuevas restricciones a los británicos no vacunados el lunes, mientras que el 80 por ciento de los australianos enfrentaron restricciones más estrictas debido a los brotes del virus en todo el país.
Las conversaciones sobre un corredor de viaje entre Estados Unidos y Gran Bretaña también se frenaron, en parte por preocupaciones sobre un aumento en los casos de la variante Delta en Reino Unido, informó el diario Financial Times.