Los precios internacionales del petróleo podrían mantenerse por encima de los 75 dólares por barril hasta 2025, principalmente por la reversión de China en su política de cero COVID, la prohibición de las importaciones de petróleo ruso por vía marítima por parte de la Unión Europea (UE) y la decisión de la OPEP+ de reducir la producción mundial de crudo, previó la Unidad de Inteligencia de The Economist (UIE).
En su reciente reporte “Global Economic Outlook 2023. Low Growth amid Persistent Threats” (Perspectiva económica global 2023. Bajo crecimiento en medio de amenazas persistentes), el medio de comunicación inglés también previó que el precio de las materias primas continuarán disminuyendo “desde sus picos de 2022” en lo que resta del año, pero se conservarán por encima de los precios promedios que presentaban antes de 2021.
“La reversión de China de su política de cero COVID ha ejercido una presión alcista sobre los precios del petróleo, que esperamos que se mantengan por encima de los 75 dólares estadounidenses por barril hasta 2025. La prohibición de la UE de las importaciones de petróleo ruso por vía marítima (a principios de 2023) y la decisión de los miembros de la OPEP+ en abril de reducir la producción exacerbará la rigidez del mercado”, expuso.
En su informe, la UIE estima que la economía mundial tendrá un modesto crecimiento de 2.1 por ciento en 2023 a pesar de los efectos que han tenido la guerra en Ucrania y la alta inflación mundial.
En este sentido, aseguró que Europa evitó una profunda recesión en el invierno de 2022 y 2023, en parte debido a un clima más cálido y al rápido cambio a fuentes de energía alternativas tras la decisión de Rusia de cortar los flujos de gas. También mencionó que el gasto de los consumidores de Estados Unidos se ha mantenido mejor de lo esperado, además de que el mercado laboral y el gasto de los consumidores se fortalecieron aún más a principios de 2023, puntos en los que coincidió con el Banco de Pagos Internacionales (BPI).
Según el documento, en 2023 América Latina tendrá un crecimiento de 1.5 por ciento, no tan alto como China y Asia, con 5.5 y 3.9 por ciento, respectivamente, pero sí por encima del esperado para Europa y la UE, con 0.8 por ciento cada una.
Cabe recordar que la zona de Latinoamérica presentó en 2020 la desaceleración económica más grande a nivel mundial con 6.7 por ciento, solo seguida por la Unión Europea con 6.3 por ciento, lo que empujó a que la economía global cayera a menos 5 puntos porcentuales.
Ahora bien, a pesar de las mejores perspectivas para este año, The Economist consideró que un crecimiento del 2,1 por ciento todavía representaría una desaceleración de la economía global.
La guerra en Ucrania está afectando a la economía mundial a través del aumento de los precios de las materias primas, las interrupciones en la cadena de suministro y la militarización de los suministros de energía por parte de Rusia.
“Esta situación persistirá a lo largo de 2023 (y probablemente más allá), ya que esperamos que la guerra se convierta en un conflicto prolongado sin una resolución clara. El impacto económico de la guerra se siente especialmente fuerte en Alemania y Europa central, donde las industrias intensivas en energía lucharán por seguir siendo competitivas”, dijo el análisis.
El suministro y alza en el costo de los energéticos para transporte, asimismo, es uno de los temores mundiales por su impacto en el suministro de alimentos.
Por región, señaló que en Estados Unidos todavía se espera que el crecimiento anual se desacelere drásticamente a solo el 1 por ciento, ya que el ritmo de gasto de los consumidores se vuelve insostenible frente a la alta inflación y el fuerte aumento de las tasas de interés. En China, por su parte, la recuperación no ha estado a la altura de las expectativas.
“A pesar de nuestra previsión de un crecimiento anual completo del 5,5 por ciento en 2023, ese rendimiento refleja una base de comparación baja. Las fuentes de estrés se relacionan con el exceso de capacidad en el sector manufacturero; una efímera recuperación del mercado inmobiliario; el desapalancamiento del sector de los hogares; desempleo juvenil elevado; y tensiones en las finanzas públicas locales”, previó.
Respecto a la inflación, la UIE proyecta 7.1 por ciento global, 2.1 puntos por debajo del año anterior y la segunda más alta considerada en el periodo 2018-2027.