El sábado, la primera plana del sector energético, encabezada por el presidente y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, presentaron el proyecto de Modernización del Puerto de Salina Cruz, como un conjunto de obras para desarrollar el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).
Del proyecto destaca el ducto de gas natural de Tuxpan al este puerto oaxaqueño, en el que se construirá una planta de licuefacción, para exportar la molécula a Asia.
Los proyectos del ducto y de la planta de licuefacción fueron presentados por Manuel Bartlett, director de la CFE, quien dijo que el gasoducto alimentará a 470 plantas y más de 30 parques industriales que, según los cálculos de la 4T, se instalarán en la región.
Lo que no dijo Bartlett al mandatario es que las comunidades de Oaxaca rechazan tajantemente el proyecto del CIIT, y han denunciado que el ducto se está planeando sin consulta indígena por dos empresas neoliberales de EU, Mirage Energy y Northern Hemisphere Logistics, con una inversión de 800 millones de dólares.
Desde enero, la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio ha denunciado que la Procuraduría Agraria en Tehuantepec, ha ejercido presiones en las comunidades para la entrega de los terrenos al Corredor. ¿Acusará el presidente a nuestros pueblos originarios de volverse conservadores por defender lo que consideran suyo?
Pemex a transparentar Deer Park
En los últimos tres años, a los mexicanos nos han enseñado que todo lo que sea privado es malo y solo Pemex y la CFE garantizarán soberanía… pero transparencia y rendición de cuentas, no.
El lunes de la semana pasada, el INAI instruyó a Octavio Romero, el líder de Pemex, a que le busque bien en los cajones de su escritorio porque por ahí deben andar traspapeladas las copias de la autorización de financiamiento que dio para la compra de la refinería de Deer Park, esa que nos salió más cara por sus deudas que por su valor.
Un particular pidió a Pemex copia de las transacciones que hizo con Barclays, SMBC y Banorte para la comprar la refinería, pero le dijeron que con la pena no se lo iban a dar porque esa operación fue entre privados, es decir, las instituciones bancarias y PMI Comercio Internacional, que es una filial de Pemex y como tal es privada (aquí sí se respeta la sagrada privacidad de los datos de los particulares).
Pero el INAI dijo que, también con la pena, Octavio Romero sí debe dar la información requerida por dos razones: a) Pemex como empresa del Estado avaló la transacción y funge como controladora de las empresas tenedoras de la participación de PMI, y b) hubo recursos públicos del FONADIN, un fondo especializado para proyectos de infraestructura.
Por casos como este nos preocupa que el INAI sea uno de los organismos autónomos que la administración actual busca desaparecer, paradójicamente, bajo el pretexto de que en ellos impera la corrupción.
La encrucijada
El mundo se encuentra en un momento de muchas contradicciones. Por una parte impulsan con mucha fuerza la generación de renovables. La EIA espera un juego récord en instalación de capacidad renovable este año, impulsada por China y Europa.
Pero la Administración de Información Energética de Estados Unidos también prevé un récord de producción petrolera en ese país durante 2023, o sea, más petróleo y sobre todo, más demanda de sus derivados.
La crisis de abasto de gas también puede impulsar las exportaciones de carbón tanto de Estados Unidos como de China.
Hoy no está claro el rumbo de la transición energética, pues se impulsan dos matrices que en el papel parecieran contradictorias, especialmente cuando la humanidad entera lucha contra un reloj que tiene una cuenta regresiva hacia el día del juicio, y dónde nadie, sin importar quién sea, estará libre de riesgo.