El rumor que no ha dejado de rondar en las esferas política y económica del país es el que apunta hacia la posible salida de Rogelio Ramírez de la O de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, envió a mediados de este mes a la Cámara de Diputados la ratificación del funcionario, quien fuera el tercero y último responsable de las finanzas públicas de la administración del ex mandatario Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, las versiones sobre su posible renuncia continúan, especialmente porque no hay consensos con la jefa del Ejecutivo federal con respecto a diversos temas, entre ellos, el enorme problema que representan las muy malas finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) para las igualmente complicadas finanzas públicas que heredó.
En Washington fueron claros: no más endeudamiento y, para quede claro, Moody’s castigó al soberano al cambiar la perspectiva de estable a negativa.
La candidata natural para el cargo sería la actual secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, quien entiende de finanzas y tiene química con Sheinbaum. Víctor Rodríguez Padilla, actual director de Pemex, pasaría a dirigir la Sener, mientras que Néstor Martínez Romero, por ahora comandando Pemex Exploración y Producción, subiría a pilotear a la petrolera estatal.
Según comentan afuera de Palacio Nacional, estos cambios podrían suceder por ahí de enero o febrero del próximo año. ¿Será?
Las maletas de las petroleras
Hace unos días Pemex publicó en sus redes sociales un anuncio de su director general, Víctor Rodríguez Padilla, que promete asociaciones de la petrolera con las empresas privadas, algo imposible de oír apenas unos meses atrás.
La declaración de Rodríguez Padilla es ciertamente trascendental en sí misma, pero llega justo en un momento en que las operadoras ya estaban preparando maletas.
Permítanos contarle. Algunas compañías, principalmente las grandes, desde hace un tiempo han reducido sus plantillas de personal en México apenas lo necesario para concluir trámites con el gobierno federal. La cancelación de las rondas petroleras a principio de la administración anterior les ha retrasado enormemente la posibilidad de incrementar sus operaciones en el país que hagan comercialmente viables actividades adicionales a la exploración y extracción. ¿Es negocio mover todo un buque tipo FPSO para un par de pozos? Obvio, no.
Y la ratificación de no retomar estos mecanismos, o similares, por la actual presidenta de la República en su campaña y en los primeros días de su mandato tampoco ayudaron a retenerlas.
No se lo cuente a nadie, pero dicen que las que más interés tienen en irse son las que operan en aguas profundas. ¿Las convencerán de lo contrario las declaraciones de Víctor Rodríguez?
“Ahí está el detalle”, en leyes secundarias
Es seguro que esta semana los senadores de Morena y sus aliados aprueben el dictamen con el que el oficialismo daría la estacada final a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Nada nuevo, un deseo del ex presidente López Obrador desde que inició su gobierno.
La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ya prometió que mantendrían su “independencia técnica” pero no presupuestaria. Sin embargo, lo cierto es que la figura de los comisionados desaparecerá y serán organismos “colegiados”.
Más allá de los tecnicismos administrativos y legales, lo que realmente espera la industria –incluidos analistas, académicos y nosotros los medios de comunicación— son las llamadas Leyes Secundarias, los cómo pues, que indiquen en qué podrán o no participar las inversiones privadas en el sector energético, luego de seis largos años de incertidumbre.
“Ahí está el detalle”, diría Cantinflas.