Los Sistemas de Almacenamiento de Energía (SAE) serán claves para incrementar el uso de las energías renovables con tecnología solar y eólica en América Latina y el Caribe, pues estos permitirán acelerar la transición energética e incluso desarrollar un nuevo nicho de negocios.
De acuerdo con el análisis “Incorporación de almacenamiento de energía en los sistemas eléctricos”, elaborado por el Banco Internacional de Desarrollo (BID), para poder alcanzar estos objetivos es necesario que cada país lleve a cabo la creación de una regulación, de acuerdo a sus necesidades, para facilitar el uso de estas tecnologías.
Explicó que las energías generadas luz solar y viento son intermitentes, sin embargo, los SAE permitirían almacenar esta electricidad, garantizando así la continuidad de suministro o incluso poder transportarla a zonas de difícil acceso o remotas.
“En América Latina y el Caribe, el almacenamiento juega un papel fundamental para impulsar la transición hacia fuentes de energía más limpias, mejorar la resiliencia de la red eléctrica y proporcionar acceso a la energía en áreas remotas. Además, contribuye al desarrollo económico y a la seguridad energética de la región, al tiempo que cumple con los objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero”, menciona el documento.
En el caso de México, considera que el país se ha concentrado en el arbitraje, pero su regulación no ha sido tan desarrollada, pues solo determinó que los SAE se tratarán como un generador más.
Durante su presentación, Juan Carlos Cárdenas, economista en la División de Energía del BID, dijo que la zona ha logrado tener un crecimiento en la generación de energías limpias, principalmente con tecnología hidráulica, sin embargo, hacia 2050, será necesario contar con sistemas de almacenamiento o baterías que permitan una mayor flexibilidad a su intermitencia.
El análisis insiste en que los SAE van a jugar un papel muy importante, toda vez que van a actuar como “una carga o como una fuente de electricidad de manera alterna”, a fin de que puedan compensar las variaciones de generación y de demanda.
“Pueden aliviar problemas de congestión en las redes de transmisión de energía y posponer inversiones no sólo en éstas sino también en las redes de distribución, entre otros”, apunta
Marco Antonio Mancilla, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Energía de Chile, aseguró que, en el mediano plazo, los SAE también van a convertirse en una nueva oportunidad de negocio y derrama de inversiones en cada uno de los países que permitan su desarrollo.
El BID insiste en que es necesaria una regulación para el almacenamiento, la cual “debe basarse en principios de neutralidad tecnológica y la diversificación de modelos de negocio, y ser diseñado bajo los criterios generales de simplicidad y eficiencia económica. Adicionalmente, debe considerar los objetivos y metas de penetración de fuentes de energía renovable y descarbonización de los sistemas eléctricos, así como la mejora de la seguridad y la calidad del suministro eléctrico”.