La Energía del CIDE
Recuerdo con precisión la primera clase que impartí en el CIDE en 2009. Un joven, que además era el mejor promedio de su generación, entró al salón con una banda del SME que le rodeaba el brazo derecho. Su manifestación simbólica llamó mi atención pero decidí no hacerla notar. Era un curso de Derecho Administrativo, no una marcha por Paseo de la Reforma. No tuve suerte porque, cuando tocó explicar la naturaleza jurídica de Pemex, el aire se convirtió en gas natural. Con que saltara una chispa más, volaría en salón. “Pachas”, como era conocido por todos, abogó por la función social de Pemex, por su sacrificio inagotable en nombre de la Nación. Casi, casi clamó que Pemex moría por nuestros pecados. Luego, inevitablemente, saltó la chispa y el salón voló. Las pasiones sobre la función de Pemex se derramaron como el crudo sobre el Golfo. Y todo por tratar de discutir si Pemex debería continuar como organismo descentralizado. Sin encono, pero con la intensidad que lo caracterizaba, el Pachas me interceptó a la salida para seguir la discusión. Le dije que podíamos continuarla siempre y cuando fuera con conocimiento de causa. Al día siguiente nos reunimos en mi cubículo ...