Cortocircuito
El tema esencial no es la confiabilidad eléctrica ni la seguridad energética del país ni la salud financiera de la CFE. Tampoco es el medio ambiente o el precio de la luz. El asunto central de la reforma propuesta por el Presidente López Obrador es: ¿se seguirá permitiendo la inversión privada en la industria eléctrica mexicana? La respuesta de AMLO y de Manuel Bartlett es contundente: NO. Los privados son adversarios, alentados por gobiernos neoliberales traidores, dicen. Entonces, NO. Es cierto, como dice AMLO, que quisieron desaparecer a la CFE. Sucedió una vez, al final del sexenio de Ernesto Zedillo. Se planteó vender toda la CFE en un año, entregando, casi regalando, plantas generadoras y líneas de transmisión a compañías como Enron, la más corrupta de la época. La CFE sobrevivió a ese embate, pero quedó el encono y el resentimiento entre muchos de sus orgullosos funcionarios y técnicos. En la arena política, Bartlett se erigió como el campeón de esos opositores a la privatización. Con Fox y Calderón, llegó una etapa mucho mejor para la CFE, que se apoyó en el sector privado para financiar y ampliar su infraestructura. Hubo un auge de ciclos combinados, que ...