A regañadientes y empujones, el gobierno ha permitido que la Ley de la Industria Eléctrica se medio aplique en su diseño original. Cuidado, digo “medio aplique” porque hay una serie de omisiones de las autoridades federales que siguen ahí. Espero que, llegado el tiempo, podamos juzgar a los servidores públicos que han omitido cumplir y hacer cumplir la ley. Pero esa es consideración de futuro.
Una de las omisiones más importantes a través del CENACE es bloquear la entrada en operación de cuatro empresas al suministro básico de energía.
En otras palabras, usted, pequeño usuario de energía eléctrica y yo, tenemos todas las opciones del mundo para cambiarnos a cualquier vendedor final de energía eléctrica que queramos, siempre y cuando ese vendedor se llame CFE. O sea: somos rehenes de un monopolio.
Pero ese monopolio es artificial, pues según la ley deberíamos tener más empresas ofreciéndonos energía eléctrica. De hecho, cuatro empresas iniciaron trámites para poder hacer esa actividad: suministro de servicios básicos. Esas cuatro empresas consiguieron el permiso y avanzaron en otros trámites, pero por una instrucción ilegal de la Secretaría de Energía se pararon.
¿La razón? Que usted y yo solo podamos comprar energía a una empresa –monopolio, se llama– y que está prohibido en la Constitución.
Hay una parte política interesante en todo esto, pues de las cuatro empresas que solicitaron el permiso de suministro básico, una de ellas es del Sindicato Mexicano de Electricistas, que creó una empresa que se llama Suministro Básico del Centro (SUBACE) y que, con toda la experiencia de los ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), buscaba entrar al mercado y competir con la CFE.
Ojo: iba a estar en competencia con CFE y con otros tantos. Entonces, SUBACE podría aprovechar la experiencia de los ex trabajadores pero se vería forzada a evitar los vicios que tenía como monopolio LyFC, pues en caso de dar mal servicio el usuario simplemente los abandonaría y se iría con otro suministrador.
Pero bueno, el gobierno ha bloqueado la entrada de SUBACE aunque el SME, en su momento, le dio apoyo político al proyecto del presidente, incluso algún apoyo financiero ilegal; pero todo sea por mantener el monopolio. La gente del SME puede tener el consuelo de no ser los únicos traicionados por este gobierno.
Pero volvamos al tema. Además de bloquear a las empresas de suministro, el gobierno sigue evitando, ilegalmente, la organización de subastas de energía eléctrica.
“Además de bloquear a las empresas de suministro, el gobierno sigue evitando, ilegalmente, la organización de subastas de energía eléctrica”.
Con esto nos está obligando a pagar la energía de centrales caras, que se mantienen en operación y contaminan y terminan por encarecer el costo final de la energía. Podríamos ver cómo salen de operación estas centrales para que permitan entrar otras solares o eólicas nuevas, a costos de un quinto del costo de las centrales viejas, pero la decisión fue que sigamos pagando caro, ya sea en recibo o mediante nuestros impuestos.
En el inter, el gobierno ha evitado poco más de tres mil millones de dólares al año de inversión solo en centrales de generación. O sea, unos quince mil millones de dólares que dejaron de llegar al país que no generaron empleos, que no rentaron tierras para nuevos proyectos y que no ofrecen a los mexicanos energía eléctrica a costos más bajos.
Con estas acciones, lo que hizo el gobierno federal fue quitar a los mexicanos más pobres, a los usuarios pequeños, la posibilidad de verse beneficiados por la reforma energética de 2013.
Total, que el mexicano siga pagando caro y sucio.
Para eso los eligieron, ¿no?
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