La reforma, atorada otra vez
Se agota el modelo petrolero, que no ha podido trascender hacia la creación de una verdadera industria generadora de valor agregado. Sergio Benito Osorio* Se ha iniciado el año con un intenso activismo gubernamental en los medios alrededor de un tema reiteradamente anunciado durante los últimos 10 años: la “reforma energética”. El propio presidente Felipe Calderón ha encabezado los llamados para “analizar cuál es la mejor reforma energética que conviene a la nación”, advirtiendo que Pemex requiere con urgencia una mayor inversión para compensar la caída en la extracción petrolera, que se registra desde hace cuatro años, y la lentitud para reconstituir las reservas de petróleo que garanticen la seguridad energética del país en el mediano y largo plazo. Los argumentos del presidente son plenamente verificables en la realidad de la industria petrolera mexicana, pero reducen uno de los desafíos más grandes del país a un tema de balance de caja, pues la insuficiencia de inversión siempre podrá solucionarse cuando el negocio es rentable, y más cuando los precios del petróleo aumentan sin cesar desde hace cuatro años. El problema de fondo que se soslaya es el agotamiento del modelo mexicano de explotación petrolera. Me refiero a que la actividad ...