(Primera de dos partes)
El dos veces presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, durante su primer periodo de gobierno (1974 – 1979), nacionalizó la industria petrolera y creó la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA); sin embargo, para su segundo periodo (1989 – 1993), el ex presidente, dio un giro inesperado en su visión política-económica, esto tras el desplome de los precios del petróleo en la década de los 80 y la alta dependencia de las finanzas públicas de su país en las exportaciones del crudo.
Venezuela presentaba entonces importantes dificultades financieras por lo que estaba por enfrentar una grave crisis económica y social derivada en gran parte de esta política estatista y de tener al petróleo como la casi única palanca de desarrollo y crecimiento.
Ante esta situación, de manera irónica, el mismo presidente que nacionalizó por primera vez el petróleo llevó a cabo un plan estructural conocido como el “Gran Viraje” que consistía en la liberalización de la economía y la apertura de los mercados, a fin de revertir el declive de los indicadores petroleros nacionales. Su posicionamiento fue que el antiguo modelo (el estatista) era obsoleto e ineficiente.
Sin embargo, a pesar de haber tomado estas medidas en las que se permitió la inclusión del capital privado, nacional e internacional, en todos los sectores, entre ellos el de hidrocarburos, también acompañó su decisión con otras medidas ineficientes como la austeridad “republicana” (diríamos en México): recortes presupuestales y reducción del gasto público, entre otros. Estos remedios que más que una cura fueron una enfermedad, generaron altos niveles de desempleo y un fuerte impacto inflacionario, lo que provocó manifestaciones sociales como el famoso “Caracazo”.
Así fue como el hartazgo de los venezolanos por las continuas crisis económicas permitió que llegara al poder un “reformador” que prometía luchar contra la pobreza, es decir, el comandante Hugo Chávez.
Cabe señalar que en ese entonces el 15% de la población se encontraba en pobreza extrema; hoy, el 79.3% de los venezolanos viven en esa situación, según los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana (Encovi), publicados por la Universidad Católica Andrés Bello y el Instituto de Estudios de Investigaciones Económicas y Sociales.
¿Por qué saco a colación los indicadores de pobreza? Porque según Chávez, Maduro y nuestro presidente, la estatización es el detonador para reducir la pobreza y disminuir la desigualdad; pero al parecer, los hechos en Venezuela han arrojado otros datos.
“Según Chávez, Maduro y nuestro presidente, la estatización es el detonador para reducir la pobreza y disminuir la desigualdad; pero al parecer, los hechos en Venezuela han arrojado otros datos”.
Durante la política de apertura, previa a la política nacionalista de Chávez, la producción petrolera en Venezuela creció de 1989 a 1998 en casi 120%, es decir, de 1.6 millones de barriles diarios (mbd) a 3.5 mbd y las exportaciones se incrementaron hasta en un 60%. Estos resultados fueron consecuencia de las inversiones extranjeras y las asociaciones estratégicas con privados; sin embargo, las nuevas políticas generaron fuertes fricciones entre el Estado, encabezado por el Ministerio de Energía y Minas, y los altos funcionarios de PDVSA, ya que ambas instituciones presentaban visiones opuestas sobre las políticas públicas en materia de energía que debía seguir el país, además de que se disputaban el control de la industria.
Cuando llegó Chávez al poder, retomó sus promesas electorales –como algo que ya nos es conocido en México– y buscó restablecer la hegemonía del Estado, para lo cual llevó a cabo dos mecanismos primordiales:
- La creación de una nueva Constitución, la “Constitución Bolivariana”, que enfatizaba la “soberanía nacional sobre los recursos de la tierra”.
- La elaboración de la Ley Orgánica de Hidrocarburos del 2001, la cual marca el destino de la industria petrolera en Venezuela. Inició con el descontento de los dirigentes de PDVSA y del empresariado, así como de los partidos de oposición; después, el despido del presidente de la petrolera por parte de Chávez, lo que detonó un movimiento de insurrección en el que una parte del ejército venezolano tomó el poder y aprendió al mandatario. Dos días después, Chávez retomó el poder, pero unos meses más tarde se suscitó la huelga que transformó el camino de la industria de hidrocarburos.
- Chávez despidió a alrededor de 180 mil trabajadores, técnicos de alta especialidad y funcionarios de PDVSA que hoy se encuentran regados alrededor del mundo, se politizó fuertemente la empresa transformándose en un ente al servicio del presidente y grupo, e inició el endurecimiento de la política energética hacia el control estatal total.
En este periodo, los ingresos petroleros que representaban el 80% de sus entradas de divisas y alrededor de la mitad de su presupuesto anual se desplomó de 2.6 millones de barriles diarios a 150 mil barriles diarios en el 20031
y su economía alcanzó pérdidas estimadas en 7.5 billones de dólares.
Si bien, poco más de un año después lograron recuperar la producción, la falta de técnicos y especialistas, especialmente para pozos maduros y marginales, y las problemáticas económicas dieron inicio al paulatino pero continuo declive de la producción petrolera de Venezuela. Seguiremos con esta narración la semana que viene.
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1
Rousseau, Isabelle (2017), Tribulaciones de dos empresas petroleras estatales 1900 – 2014 (Trayectorias comparadas de Pemex y PdVSA), Ciudad de México, El Colegio de México, Ciudad de México, p. 557.
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