Ulises Juárez / Energía a Debate
La autosuficiencia energética no es un bien en sí mismo, sino que depende en mucho de la gobernanza de los recursos y mucho menos representa un fin meramente ideológico, coincidieron esta mañana analistas del sector energía.
En el contexto de una política estatal que busca la autosuficiencia y la soberanía energéticas de México mediante el fortalecimiento de las empresas públicas, Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE), expertos en la materia explicaron qué significa la soberanía en esta rama productiva y si el gobierno mexicano está realmente cumpliendo con este propósito.
Para ello, Miriam Grunstein, directora general y fundadora de Brilliant Energy Consulting, y Víctor Ramírez Cabrera, vocero de la Plataforma México Clima y Energía (PMCE), expusieron su visión acerca de qué es la soberanía energética y en dónde falla la actual administración federal al utilizar este concepto en sus políticas públicas en materia de energía, esto en conferencia de prensa convocada por Iniciativa Climática de México (ICM), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y Agora, una iniciativa de Energiewende.
Miriam Grunstein aseguró que la autosuficiencia energética no es un fin en sí mismo, sino que se trata de la gobernanza sobre los recursos y la transparencia en el manejo de los mismos.
“Para ello quisiera poner énfasis en que gobernanza está muy vinculado con la transparencia, ¿qué se hace con ese dinero?, ¿cuánto realmente va a costar la refinería de Dos Bocas?, ¿por qué esa refinería y no invertir en otros recursos?”, cuestionó Grunstein, quien se desempeñó también en la Comisión Reguladora de Energía.
Señaló que la actual administración busca que México tengan de manera autosuficiente petróleo, gas o electricidad, pero sin una lógica ni de mercado, ni de justicia distributiva, por mencionar dos aspectos.
“Hablamos de que tenemos que tener petróleo, gas natural, hidrocarburos a pasto. Pero ¿los queremos para que haya una concentración en las zonas donde hay petróleo? ¿En qué zonas de desarrollo?, ¿en el Sureste porque así lo quiere el presidente, o va a haber una distribución medianamente equitativa del ingreso que se produzca de esos hidrocarburos en el país?”, volvió a cuestionar.
Respecto al mercado, expuso que México tiene un “mix energético envidiable”, pero destacó que está “penosamente subdesarrollado”.
“Nunca lo hemos visto con una lógica comercial y el mercado importa porque da incentivos para consumir y desarrollar; no lo hemos visto con una lógica de desarrollo equitativo y no lo hemos visto para nada desde el punto de vista ambiental”, argumentó.
En este punto, manifestó que no existe contradicción entre los conceptos de nacionalismo y liberal.
“Nacionalista y liberal de mercado no es una contradicción en términos. Tú puedes amar a tu país y puedes amar a los mercados y no pasa nada. No amas a tu país menos por amar a los mercados o por preferir la competencia y la facultad de elegir”, dijo.
De la misma firma, refirió que la política energética basada en el nacionalismo no es nueva ni de la actual administración federal.
“Lo que es nuevo es esta reacción a la apertura de 2013, eso es lo que vemos”, anotó. “Si la apertura del 2013 no hubiera sido tan categórica, a lo mejor la reacción habría sido menor, pero Andrés Manuel se agarró de la apertura de 2013 para reaccionar violentamente a cualquier esquema de mercado. Pero no es nuevo”.
Por su parte, Víctor Ramírez Cabrera, vocero de la Plataforma México Clima y Energía (PMCE), también cuestionó para qué busca el actual gobierno la soberanía energética, toda vez que, según las recientes modificaciones a la Ley de la Industria Eléctrica, hay impactos negativos en el medio ambiente, la salud y la economía de los mexicanos.
“Yo no quisiera un sistema soberano si está basado en quemar petróleo y, perdón por lo duro de la palabra, envenenar a los mexicanos”, expresó el especialista en temas eléctricos y de energías renovables.
“No estoy de acuerdo en que haya esa soberanía energética si eso significa tener costos al doble de los países con los que competimos y entonces no somos capaces de generar riqueza ni para sacar a la gente de la pobreza.”, agregó.
Por ello también consideró que la transición energética a fuentes más limpias tiene que estar por encima de la soberanía energética, este último término al cual ubicó en los tiempos de la Primera Guerra Mundial y de la llamada Guerra Fría.
“La transición energética tendría que estar por encima de la soberanía energética, en conceptos de cómo tener energía limpia, que la energía sea más barata”, subrayó.
“El concepto de nacionalismo está basado en un mundo que ya no existe, en un mundo que estaba en constante conflicto y ahora estamos en un mundo que está buscando vender y comprar lo que sea para salir de una crisis económica y que lo está empezando a hacer en su conjunto”, comentó.
Por ello, Víctor Ramírez concluyó. “Si no somos capaces de hacer eso, de insertarnos en un mundo moderno, de poder intercambiar inversiones entre países para poder ser más competitivos, de nada le va a servir a nuestro país, no vamos a ser competitivos y no vamos a sacar a la gente de la pobreza que, creo, esa debe ser la razón. La energía como un medio y no como fin, y menos como un fin meramente ideológico”, reiteró.
(Víctor Ramírez y Miriam Grunstein)