La venta de la refinería de Deer Park a Petróleos Mexicanos se concretará hasta el año entrante, señaló la angloholandesa Shell, que todavía es dueña de la mitad de la procesadora ubicada en Texas.
De acuerdo con las agencias Reuters y Bloomberg, el vocero de la compañía, Curtis Smith, dijo que la transacción sigue sujeta a la aprobación de las autoridades estadounidenses.
El vocero aclaró que Shell esperaba que la revisión de la operación por parte del Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS), un grupo que analiza la seguridad nacional y que es encabezado por el Departamento del Tesoro, terminara este mes, pero el proceso se extendió hasta el próximo año.
Esta es la segunda vez que Shell revela un atraso en la transacción, que originalmente estaba planeada para terminar el 1 de diciembre de este año.
En mayo, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció la compra de la mitad de las acciones de la refinería, para hacerse de la totalidad, una operación valorada en 596 millones de dólares, sin contar la deuda de la planta, que asciende a casi mil millones de dólares.
La refinería, según Shell, procesa 302 mil 800 barriles al día.
Smit añadió que la empresa tenía la esperanza de concluir la venta a fin de mes, aunque, aclaró, parece que el CFIUS requerirá de todo el tiempo aprobado para analizar la venta. El vocero añadió que Shell seguirá cooperando mientras el organismo del Departamento del Tesoro de Estados Unidos revisa la operación.
En octubre de este año, durante su comparecencia ante la Cámara de Senadores, Octavio Romero Oropeza, director general de Pemex, aseguró que el único trámite faltante para concretar la compra de Deer Park era la aprobación del gobierno de Estados Unidos.
Shell aclaró que una vez que el CFIUS otorgue la aprobación final será “cuestión de días” para concluir el proceso.
Durante el proceso, el representante republicano para la zona de Houston, Brian Babin, pidió al Departamento del Tesoro frenar la venta de la refinería a Pemex, pues consideró que la empresa mexicana no cuenta con los estándares de seguridad para operar la planta, por lo que, argumentó, se pone en riesgo a la población de la zona de Deer Park, en Texas.
“En pocas palabras, Pemex no tiene la experiencia ejecutiva, gerencial o técnica para operar esta instalación de vanguardia de manera segura”, dijo el político en una carta fechada el pasado 21 de junio y dirigida a Janet Yellen, secretaria de Estado, y Jennifer M. Granholm, titular de la Secretaría de Energía de Estados Unidos.
Sin embargo, de acuerdo con la agencia Reuters, la segunda fase no implica un posible rechazo por parte de la autoridad.
“Las interrogantes planteadas durante la revisión inicial pueden resolverse con una carta de acuerdo o un convenio de mitigación, según un antiguo funcionario del CFIUS que no participó en la revisión de Pemex”, detalló Reuters.