En una entrega de agosto del presente año, comentábamos sobre un informe lanzado en mayo de este 2021 por la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) titulado a “Net Zero by 2050 – A Roadmap for the Global Energy Sector” (Carbono Neutral al 2050 – Una hoja de Ruta para el Sector Mundial de la Energía). Este reporte sorprendió a gran parte de la comunidad energética global por su drasticidad, irresponsabilidad e inaplicabilidad.
El reporte de la IEA, en su acápite concluyente, indicaba que “a partir de 2021 no deberían aprobarse ni ser necesarias nuevas inversiones en exploración y explotación de hidrocarburos a nivel global para alcanzar la meta de Carbono Neutral (Net Zero) el 2050”.
Bueno, y meses después llegó la afanada cumbre del clima en Glasgow donde los radicales (Greta de por medio) pedían lo mismo que la IEA, es decir, que el mundo deje de producir combustibles fósiles muy rápidamente y se transite de la noche a la mañana a las energías renovables e intermitentes.
En Glasgow acontecieron cosas interesantes. Varios países, por ejemplo, no enviaron a sus máximas autoridades, tal es el caso de China y Rusia. Y es que China entiende que no puede cambiar con un chasquido de dedos una economía basada en carbón, gas y petróleo a nuevas energías además intermitentes. Rusia también entiende que se sostiene gracias a sus enormes exportaciones de petróleo y gas natural, principalmente, y que no puede comprometerse a dejar de producirlos.
Bueno, Glasgow fue en cierto modo otra cumbre más para aterrizar en el pragmatismo y entender que los países y los habitantes del planeta no quieren quedarse sin energía y, además, tampoco quieren energía con precios elevados, en especial los países menos desarrollados que son los que menos contaminan. Los que protestaban aún no entienden tres aspectos fundamentales de la demanda de energía a nivel mundial.
“El planeta está cada vez más poblado y necesita más energía para este crecimiento vegetativo”.
Primero que el planeta está cada vez más poblado y necesita más energía para este crecimiento vegetativo. Segundo, todos los países (incluyendo los denominados socialistas), sin excepción, quieren que su crecimiento del PIB sea lo más alto posible de manera de otorgarle bienestar a sus ciudadanos, y para esto necesitamos más energía y competitiva. Tercero, un ciudadano chino que aún vive con arroz y una bicicleta quiere vivir como un texano con una pick up truck de 6,000 CC y comiendo steaks de 600 gramos. Es decir, necesitamos más energía y accesible económicamente para ellos también.
Finalmente, en Glasgow se debatió el poder incluir al gas natural como el energético más importante de la transición energética, pero las presiones allí estuvieron para que no fuera así, pero así será, como veremos a continuación.
Datos de 2019 revelan que USA generó 23% de la electricidad con carbón, la Unión Europea lo hizo con el 16% y China 65%. América Latina tiene una base hídrica y térmica con gas natural siendo una de las regiones menos emisoras del planeta con 5% de su generación eléctrica a carbón. El primer gran paso que tienen que dar estos países es cambiar del carbón al abundante, competitivo y limpio gas natural. No hay de otra y eso bajará mucho las emisiones.
Lo acontecido en los últimos meses de 2022, en virtud de la recuperación de la demanda y también de los recortes que se han venido dando, fruto de las presiones para no producir ni petróleo ni gas natural, se ha traducido en precios elevadísimos para el gas natural en todo el planeta. Es que las renovables no van a reemplazar al carbón ni van a dar respaldo para la demanda de un crudo invierno. No hay alternativa.
Pero si no se explora y se busca mucho más gas natural, como propone la IEA y muchos fanáticos ambientalistas, tendremos serios racionamientos globales y, además, pagaremos mucho con inflación de por medio. Finalmente no podremos reducir el uso del mucho más contaminante carbón y así bajar las emisiones rápidamente.
El sector transporte puede y debe funcionar en gran parte a gas natural, en especial en el sector marítimo, de transporte pesado y otros donde las baterías eléctricas no son una solución aceptable. Y los vehículos eléctricos podrán adquirir su energía de renovables respaldadas con el abundante, más limpio y competitivo gas natural. Recordar que tenemos gasoductos y transporte por GNL que dan la infraestructura y logística para mover el gas natural entre la oferta y demanda.
Por lo expuesto es que el soberano del planeta es y será el gas natural por muchas décadas, guste o no guste.