Reforma a la LIE
La semana pasada, el gobierno de los Estados Unidos –y después Canadá– activó el mecanismo de consultas con la administración federal mexicana en el contexto del tratado de libre comercio entre los tres países.
La consulta es la primera vía, la diplomática, en la que los gobiernos buscarán llegar a un entendimiento sobre los temas de la propia consulta, que son cuatro: la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, también conocida como Ley Combustóleo; la segunda es el bloqueo de facto a una serie de proyectos e inversiones tanto en materia de mercado de hidrocarburos, como de electricidad y energía limpia; la tercera es el contenido de azufre en el diesel de Pemex, y la cuarta es la monopolización de las importaciones de gas natural.
Hoy tocaremos el primer punto y las siguientes semanas los tres restantes.
Pero antes de ir al punto hay que ser claros en algunos aspectos: el gobierno mexicano se ha apertrechado en el capítulo octavo del Acuerdo. Este capítulo fue incluido en el tratado a solicitud del presidente mexicano y habla de la soberanía y la posibilidad de cambiar la Constitución y la Ley respecto a los hidrocarburos en el subsuelo, incluidas todas sus formas, pero nada más. No habla de electricidad, ni del resto de la cadena de valor de la industria petrolera. Digamos, en otras palabras, que busca defender la renta petrolera y la propiedad sobre las reservas, limitando la realización de nuevas rondas en las que el Estado mexicano reciba socios para la explotación de hidrocarburos, dado que estas reservas sirven a los socios como apalancamiento para el financiamiento de estos proyectos.
Hay que decir que el gobierno se ha gastado dicha renta petrolera durante las últimas semanas en subsidios a las gasolinas, pero esa es otra historia.
Ahora, ¿cómo se trata el asunto energético en el TMEC? El tratado es un marco general que establece reglas para todo el comercio e inversiones. Entonces sus reglas se aplican a todo tipo de inversiones, excepto las que estén expresamente excluidas del tratado.
“Si no hubo un acuerdo para que el asunto de la electricidad estuviera excluido del tratado, sus reglas generales se aplican al sector eléctrico de manera plena…”
En otras palabras, si no hubo un acuerdo para que el asunto de la electricidad estuviera excluido del tratado, sus reglas generales se aplican al sector eléctrico de manera plena, pues se consideran mercados abiertos y el propio tratado y las reglas domésticas (alineadas con el tratado, aprobado por mayoría calificada en el Senado) establecen su regulación.
¿Hay partes del sector eléctrico que están excluidas de la aplicación TMEC?
NO. Incluso aquellas que están reservadas a los monopolios del Estado, que son transmisión y distribución, tienen que hacer contrataciones públicas y éstas se encuentran reguladas en el TMEC, de forma explícita.
Pero la queja del gobierno norteamericano es que se modificó la Ley de la Industria Eléctrica para beneficiar a una empresa solamente, CFE, pero muy en particular en el segmento de generación.
“La generación de energía eléctrica NO es uno de los sectores que están reservados de forma explícita en el tratado”.
La generación de energía eléctrica NO es uno de los sectores que están reservados de forma explícita en el tratado y, por lo tanto, se le aplican las reglas generales de protección de inversiones, de trato igual a las empresas y todo el resto aplicable como a cualquier inversión. Y ahí es donde el gobierno mexicano falló.
¿Qué hizo el gobierno?
El Poder Ejecutivo envió una iniciativa, aprobada por el Legislativo, en la que se daba preferencia a una sola empresa: Comisión Federal de Electricidad, esto para finalidades del despacho eléctrico, o sea, del sector de generación.
Esto, como lo podemos ver y repetir hasta el cansancio, no es una declaración de analistas, sino que incluso el presidente, legisladores y miembros del gabinete lo han dicho: la reforma fue para “proteger”, beneficiar y “rescatar” a CFE. O sea: deja de dar trato igual a las empresas en competencia, en un sector no excluido de las reglas del TMEC y, por tanto, se dio un trato inequitativo. Ese trato desigual que es contrario al tratado.
La parte que, como mexicanos, más debemos cuestionar es ¿cuál fue el resultado de este cambio legal?
Primero, la reforma no se ha podido aplicar, se mantiene detenida en tribunales y ahora ya cuenta con algunas decenas de amparos que la frenan. Pero si la pudieran aplicar ahora, lo que sucedería es que le harían generar más a CFE.
¿Qué efectos tiene eso?
Que se estaría recibiendo en la red la energía de los generadores más caros que hay, antes de recibir otras opciones más baratas y disponibles. Y esto ¿por qué?
Pues solo porque esos generadores, los más caros, son de CFE y se decidió darles prioridad. Como ejemplo, el mes pasado un generador de CFE tuvo costos de 2,154 pesos por megawatt hora, mientras que los del privado fueron de 805 pesos, con la misma tecnología, ciclos combinados. (Información de memorias de cálculo de suministro básico de la CRE, disponible en: https://datos.gob.mx/busca/dataset/memorias-de-calculo-de-tarifas-de-suministro-basico/resource/4e230b09-0475-41fa-a641-ee956efdeb99, hoja CG_JUN2022)
En otras palabras: la reforma frenaría la entrada de generadores de electricidad más baratos para dar preferencia a la CFE, solo por ser CFE. Salen afectados los inversionistas que ofrecen energía a costo más bajo y no se les recibe, pero también los mexicanos que nos vemos obligados a pagar el costo de la energía más cara, por ser de CFE.
¿Quién ganaría?
Ni siquiera ganaría CFE, pues al cumplir la promesa presidencial de no subir el costo de la energía más allá de la inflación, debería incrementar el pago a los generadores sin tener un pago mayor en las facturas de los usuarios, lo cual significaría pérdidas, deuda o mayor subsidio. Eso NO es fortalecer a CFE, sino obligarla a ser más cara y a asumir los costos.
En resumen, el asunto de generación eléctrica está implícito y regulado en el TMEC, la violación al acuerdo lo ha gritado este mismo gobierno a los cuatro vientos (y lo sigue haciendo) y violar el acuerdo no ha generado ni generará un beneficio a México, a los mexicanos, ni a CFE.
Nos peleamos con el socio para tener más posibilidades de perder. Estamos jodidos.
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