(EFE).- Iberdrola está proponiendo a miles de sus clientes de electricidad en Francia para los que expira el periodo de contrato que se desabonen en lugar de renovarlo y que opten por la tarifa reglamentada, ya que con las condiciones actuales del mercado les tendrán que aplicar precios mucho más elevados.
La eléctrica española, que es el segundo operador del mercado francés por detrás del histórico EDF (ahora en proceso de nacionalización total), ha lanzado una campaña de envío de cartas a esos clientes a los que sugiere que se vayan, aunque subraya que no tiene intención de retirarse del negocio minorista en Francia.
En una explicación comunicada este sábado, Iberdrola insiste en que no está echando a esos abonados y en que “seguirá aprovisionando a los clientes franceses”.
Pero también en que “los precios extremadamente altos y la extrema volatilidad en el actual contexto energético global nos obliga a transferir esos costos a los clientes cuando se establece un nuevo plazo de contrato”.
En la práctica, eso significa que los precios que les aplicarán si siguieran con Iberdrola serían “mucho más elevados” que los de la tarifa reglamentada que se garantiza en Francia a los clientes particulares que opten por esa opción.
Según la eléctrica española, con su iniciativa lo que está haciendo es “urgirlos a tomar las mejor decisión” y eso “dando prioridad a la transparencia total y a la protección de los consumidores”.
Hasta ahora han recibido su misiva “unos pocos miles” de clientes, y de hecho la mayor parte no tienen que renovar sus contratos hasta 2023 o más tarde.
Iberdrola no precisa cuántos clientes particulares tiene en Francia, donde está presente desde 2002. Se limita a indicar que a fecha del pasado 31 de diciembre eran 1,9 millones entre Portugal, Francia, Italia y Alemania.
Lo que sí indica es que en 2021 vendió 1,313 gigavatios hora de electricidad y 801 gigavatios de gas en Francia.
Actualmente está construyendo una planta eólica marina de 496 megavatios de potencia en la bahía de Saint Brieuc, en Bretaña, que debe entrar en servicio a finales de 2023, y que se sumarán a los 118 megavatios de instalaciones eólicas ya operativas con las que se hizo al comprar en 2020 la empresa Aalto Power.
Sus planes, que conllevan una inversión prevista de 4.000 millones de euros en ese país en los próximos cuatro años, comprenden proyectos para 1.300 megavatios en total de renovables.