¿Recuerda usted el agua del Chavo del Ocho que parece de limón, es de Jamaica, pero sabe a tamarindo? Pues parece que algo así están dando a beber a Pemex.
¿Se acuerdan de la empresa Citapia? Esa que fue demandada por el mismísimo Pemex por huachicol, cuya acusación ya fue retirada ante la fiscalía, sancionada en 2019 por el caso Lozoya.
Pero Juan Carlos Tapia no solo es dueño de Citapia, sino que junto con Gilberto Tapia, Selene Martínez Abarca y Carlos Morín Montes, es dueño de Mexicana de Recipientes a Presión.
Pues resulta que esta compañía obtuvo en 2019 un contrato con Pemex por 78.4 millones de dólares, en el Paquete 6 ¡de Dos Bocas!
Mexicana de Recipientes a Presión cambió de nombre: ahora se llama Procesos Especializados y Proyectos (Proesa). Pero el círculo cercano a Juan Carlos Tapia creó ooootra empresa que se llama Manufactura Especial y Proyectos Industriales (MEPI), nació en diciembre de 2020, ya iniciada la construcción de la planta de Dos Bocas.
Entonces la empresa parece MEPI, está hecha de Citapia y sabe a Proesa… ¡Como el agua del Chavo!
Ahogado el niño
A dos años de que se incendiara la subestación eléctrica del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la CDMX, la administración capitalina y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) inauguraron esta semana una nuevecita que, según se dijo, nos durará bien 50 años.
Cabe recordar que en enero de 2021 se presentó una explosión en la subestación conocida como de “Buen Tono” que alimentaba de energía a las líneas 1, 2 y 3 de ese servicio de transporte público, dejando como saldo una oficial de policía sin vida y varios heridos.
En su momento, el Sindicato del Metro afirmó que el evento se suscitó por la falta de mantenimiento a la subestación, la cual ya contaba con varias décadas de vida y requería de fuertes inversiones.
Y es que los trabajadores aseguraron en ese entonces que el problema es la falta de mantenimiento, que si bien no es un tema nuevo, se ha exacerbado en los últimos tiempos.
Y nosotros, mientras nos formamos para comprar un boleto, solo nos queda orar, porque, ya sea la administración capitalina o la propia CFE, no dejen que se chatarrice la nueva subestación y después salir con que hubo “sabotaje”.
Están viendo y no ven
La Cofece ha estado muy activa, incluso cuando el presidente de México se ha rehusado a mandar la terna para nombrar al comisionado que le falta al pleno del regulador para poder sesionar.
Fue la Cofece, todavía bajo el mando de Alejandra Palacios, la que inició la investigación contra distribuidores de gas LP, por alterar precios al consumidor y que ya tiene una sanción firme contra varios Grupos de Interés Económico, que estaban metiendo mano negra en el mercado.
Y ahora, la Cofece emplazó a personas físicas y morales que se dedican a la venta de gasolina y diésel, léase, que también nos pegan a todos, por el mismo motivo: mano negra en el precio final.
El presidente de México no quiere darse cuenta -o tal vez no le conviene- que la Cofece está dándole la razón.
Si recordamos, el mandatario había denunciado colusión en la venta de gas LP y que había abusos en los precios de la gasolina y el diésel.
Incluso cuestionó a la Cofece por no hacer nada. ¡Ni que fueran habas!
Hoy, la Cofece presenta resultados que le dan la razón al mandatario mexicano y que sí tendrán consecuencias o ya tuvieron consecuencias para los empresarios que obran mal.
Pero para eso no hay espacio en las mañaneras. En fin.