El West Texas Intermediate acabó el mes en 81.83 dólares por barril, lo que significó una ganancia mensual de 15.84 por ciento y su nivel más alto desde mediados de abril.
De acuerdo con Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, hubo seis factores que presionaron el precio del petróleo al alza durante el mes.
En primer término, destacó la expectativa de que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, están cerca del final del ciclo de incrementos en tasas de interés, lo que permite una mayor demanda por commodities.
A esto se suman las “señales de una menor oferta de la OPEP y sus aliados (OPEP+)”. A inicios del mes Arabia Saudita y Rusia mantuvieron su compromiso de reducir la oferta internacional.
En tercer lugar, el gobierno de China, el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo, otorgará estímulos económicos adicionales para impulsar el crecimiento del país, lo que incluye el ajuste del Banco Popular de China para permitir que las empresas se endeuden más en el extranjero; a lo que se añade el compromiso entre el Partido Comunista y el gobierno de China de mejorar las condiciones de las empresas privadas; los planes para impulsar el desarrollo en industrias clave, incluidas la siderúrgica y la automotriz; el relajamiento de los límites en la Bolsa de Valores de Beijing para mantener la liquidez en el mercado y las exenciones fiscales mayormente a empresas privadas.
También impulsa al petróleo el debilitamiento del dólar, así como el optimismo relacionado al crecimiento económico de Estados Unidos, principal consumidor de petróleo del mundo.
Finalmente, el precio del hidrocarburo fue impulsado después de que la Agencia Internacional de Energía elevó su pronóstico de la demanda de petróleo para 2023 en 1.8 millones de barriles diarios por encima del nivel de 2022, contra una expectativa previa de 1.6 millones.
La agencia también recortó su expectativa de crecimiento de la producción mundial para 2023 a 1.2 mbd, por debajo de su estimación de junio de 1.5 mbd.
Por su parte, la OPEP elevó su expectativa de consumo mundial de petróleo en 2.2 millones de barriles diarios durante el 2024 a 104.3 mbd, lo que causará que la producción de petróleo de la organización aumente dos millones de barriles diarios a 30.2 millones.