GERARDO R. BAZÁN NAVARRETE, GILBERTO ORTIZ MUÑIZ Y JESÚS CUEVAS SALGADO*
En la plataforma del Presidente Electo sobresale el proyecto de atajar el desmantelamiento sostenido de la industria de refinación del petróleo de PEMEX y la construcción de una nueva refinería.
Se está mencionando la aplicación de 50 mil millones de pesos solamente para la rehabilitación de seis refinerías que procederían de reasignaciones presupuestales de PEMEX Transformación Industrial y de otras partidas.
Esto, para reducir a corto plazo la dependencia del exterior sobre las gasolinas automotrices e incidir en la volatilidad de su precio en el mercado nacional, como objetivo explícito.
No obstante, el proyecto ha sido el foco de una buena cantidad de críticas y escepticismo, en el mejor de los casos, de parte de analistas, politólogos, calificadoras financieras y similares sobre puntos clave como la subestimación del presupuesto de las obras, el origen de los recursos necesarios y el período de ejecución de las obras.
Como se puede apreciar, el proyecto responde a uno de los reclamos sociales más persistentes en los últimos años, sobre todo porque los consumidores se sintieron engañados con la promesa de que la Reforma Energética bajaría los precios de los combustibles automotrices, como resultado de la competencia entre suministradores del mercado internacional y los concesionarios de las nuevas gasolineras que se instalarían en el país.
Si bien ha estado aumentado el número de estaciones de servicio y existen diferencias de precios entre los diversos competidores, la realidad es que el precio aumentó con relación a los precios corrientes de principios de sexenio, derivado de la aplicación de impuestos acumulativos y la devaluación del peso.
En este sentido, se puede comprobar que el diferencial de precios entre estaciones de servicio contiguas es relativamente pequeño y resulta prácticamente intangible el resultado de la competencia entre las diferentes marcas comerciales. En la práctica, se ejerce un control relativo sobre los precios mediante ajustes en el IEPS.
Volviendo al tema de las refinerías, se debe recordar que no solamente producen gasolina, sino una variedad de productos que son insumos para otras actividades económicas, entre ellas la química y la petroquímica. Recuperando la capacidad nominal de las plantas, se puede aumentar la carga de crudo y obtener mayor volumen de productos petrolíferos.
Cabe señalar que también ha sido necesario importar una buena cantidad de estos productos, que disminuiría si se logra la meta de la rehabilitación.
La resultante de hacer que las refinerías aumenten la producción tendrá varios efectos colaterales positivos: Entre otros se tiene:
- Incremento de eficiencia operativa de las instalaciones.
- Disminución de importaciones.
- Mayor volumen de productos y menor importación de derivados del petróleo – Posibilidad de fortalecer empresas de ingeniería nacionales y al Instituto Mexicano del Petróleo.
- Más empleos directos e indirectos.
- Por otro lado, se empezará a ver una empresa productiva del Estado más eficiente y eficaz.
Con este enfoque, varias empresas y gremios industriales nacionales que han sido afectadas negativamente por la baja oferta de productos derivados del petróleo están viendo la posibilidad de mejorar su desempeño. Desde el punto de vista de algunos especialistas de la rama industrial:(1)
1.- La transformación del petróleo debe atenderse integralmente, y son las cadenas de valor las que mejor permiten visualizar la importancia de la industria petroquímica como un elemento estratégico en la fabricación nacional de productos manufacturados para el mercado nacional y para exportación.
2.- Resulta de la mayor importancia dar a conocer los programas de reconstrucción de las refinerías existentes, ya que ello va a permitir que los ingenieros y técnicos en diversas empresas y organismos se preparen para apoyar tan loable esfuerzo, que sin duda requiere el respaldo de los conocedores y de los involucrados en éste, como son las empresas fabricantes de bienes de capital, los proveedores de servicios y desde luego las instituciones financieras, principalmente la banca de desarrollo.
3.- Especial atención va a requerir el cuidadoso inventario de materiales, la evaluación y recomendaciones de cada uno de los equipos y de sus elementos auxiliares, así como la evaluación de las capacidades de ingenieros y técnicos a cargo de las refinerías existentes.
4.- Las refinerías pueden y deben producir materias primas para la industria petroquímica.
5.- Debe exigirse por los responsables de las refinerías que se les alimente con los crudos apropiados al diseño de las mismas, incluso importando crudos ligeros, si ello se hace necesario.
6.- Específicamente para el impulso de la producción petroquímica, se sugiere:
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Atender la disponibilidad de gas húmedo; atender los problemas de venteo a la atmósfera y contaminación del gas con nitrógeno.
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Incrementar la disponibilidad de etano, incluso acudiendo a la importación.
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En los complejos de Morelos y Cangrejera, hacer las adecuaciones para que puedan procesar etileno y gasolinas naturales.
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Contar con propileno, butadieno y aromáticos, importantes impulsores de petroquímicos.
Un comentario general es que la recuperación del papel estratégico de Petróleos Mexicanos es muy importante en los equilibrios que se darán ante la nueva realidad que plantea el Presidente Electo, por lo que debe ser una labor prioritaria encontrar fórmulas que le permitan a la empresa productiva del estado deshacerse de los lastres que ha venido sufriendo y que le impiden participar en términos equitativos en un mercado abierto.
Si PEMEX ha de competir, debe hacerlo en igualdad de condiciones y sin ataduras burocráticas, permitiéndole a quienes sean los responsables, adoptar los planes, proyectos y acciones que desde su planta gerencial se determine.
Ahora bien, no obstante, el entusiasmo que ha esparcido en la sociedad la iniciativa, también es necesario entender que se trata de acciones de gran calado y que, en caso de que los resultados no concuerden en tiempo o forma la desilusión será muy grande.
CONCLUSIÓN
La rehabilitación de las refinerías será una prueba de múltiples dimensiones. No sólo están en juego aspectos económicos, sino sociales, políticos, inclusive ideológicos; también la capacidad estratégica y gerencial de la nueva administración federal y la credibilidad en las personas recientemente electas.
Por otro lado, los riesgos inherentes también son multifactoriales y están fuertemente vinculados. El proyecto se puede inscribir en una reivindicación del próximo Gobierno para establecer políticas públicas orientadas al fortalecimiento de los objetivos de desarrollo industrial del país.
En este contexto, se pretende llamar la atención sobre diversas cadenas de valor que se han estado debilitando por las políticas públicas orientadas a facilitar el desplazamiento del capital público por el privado en las actividades industriales. La pregunta clave es saber si la infraestructura de las refinerías es rescatable con las inversiones supuestas y si el personal adscrito actualmente a las refinerías cumple con los perfiles adecuados para operarlas correctamente o si las administraciones anteriores las llevaron a un punto de no retorno donde ya no hay manera de restaurar las instalaciones. De lograr el éxito del proyecto, en términos macroeconómicos, se vislumbra un nuevo paradigma de convivencia entre la iniciativa privada y empresas paraestatales participando en igualdad de condiciones.
RECOMENDACIONES
El proyecto tiene un fuerte componente de carácter político, social, económico y de prestigio. El nuevo Gobierno requerirá informar periódicamente a la sociedad sobre los avances y éxitos del mismo. Para eso se requiere un sistema de información objetiva, periódica, con datos actualizados y de fácil acceso a los interesados. Para contar con mayores recursos económicos, se deberá actuar sobre las pérdidas tradicionales en las refinerías, en las terminales de almacenamiento y reparto, en los poliductos y los sobrecostos en servicios y productos. Sería conveniente tomar en cuenta, en las decisiones y en las obras, a instituciones como el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) y a empresas de ingeniería mexicanas.
Referencia: (1) CANACINTRA. Ponencia de Alejandro Villalobos Hiriart presentada en la Rama Petroquímica. 25 de julio de 2018.
* Gerardo Bazán es Premio Nacional de Química (gerardorbn@Yahoo.com). Gilberto Ortiz es miembro del Consejo Químico y del Comité de Energéticos de Canacintra (gortizyasoc@gmail.com). Jesús Cuevas es consultor independiente en temas de energía (jcuevasmx@hotmail.com).