Si bien la prevalencia apareció formalmente con la Ley del Sector Eléctrico, en los hechos se practica desde el sexenio pasado, en contra de lo que dictaba la Constitución y en perjuicio de los ciudadanos.
Con ese vicio de origen, por ejemplo, se negaron desde permisos hasta la operación de las centrales más baratas del mundo, ya terminadas. Esto porque sacarían de operación centrales caras de CFE para dar entrada a otras, privadas, más baratas. Y como decía arriba, el que pagó el sobreprecio de energía fue el ciudadano.
Ahora hay un riesgo importante: mezclar la planeación vinculante con la prevalencia.
“Hay un riesgo importante: mezclar la planeación vinculante con la prevalencia”.
Imagine, por ejemplo, que un privado pretende instalar una central eléctrica en una zona de alta demanda, con lo que el costo de la energía puede bajar a la mitad en esa zona del mercado. Y a partir de eso imaginemos dos escenarios.
1.- Bajar de precio significa que la nueva central eléctrica desplazará a una central vieja, muy probablemente de CFE. Al ver CFE que será desplazada, decide no permitir nuevos proyectos (citando que no son técnicamente factibles) y el costo de la energía se mantiene alto (porque tampoco se realiza una evaluación económica de largo plazo).
2.- Al ver la oportunidad de inversión rentable en el sitio, CFE planea un proyecto ahí, pero por falta de condiciones, como dinero del Estado, o de transparencia en los nuevos mecanismos competitivos realizados por la misma CFE (recordemos qué ahora no está obligada a contratar mediante las subastas neoliberales), no se desarrolla.
La consecuencia en ambos casos es que el costo de la energía no baja, como podría, o la energía se compra de una central nueva, pero a sobrecosto, en un mecanismo poco transparente y poco competitivo.
Y cabe una tercera opción. Nada se desarrolla y al final esa zona se mantiene con dependencia de una central vieja, lo que va minando la confiabilidad del sistema.
El problema es que estas situaciones hipotéticas son y serán reales en México:
El gobierno no tiene dinero para el desarrollo de muchos proyectos. Recordemos cuántas centrales se licitaron en la administración anterior, cuántas se adjudicaron y, lo más triste, cuántas realmente han entrado en Operación Comercial. Solo Salamanca.
CFE carece de experiencia en tecnologías nuevas de generación. El sistema eléctrico está sostenido en muchos casos por centrales que ya deberían estar en museos y que, por tanto, tienen costos operativos variables altos, que además hacen vulnerable al SEN y le dan poca confiabilidad. Y por si fuera poco, se usa mal el dinero, como el sexenio pasado que se invirtió en traer del retiro cientos de MW de centrales viejas en lugar de sustituirlas por nuevas.
Entonces, si mezclamos estas condiciones reales con una planeación vinculante, ligada a la prevalencia de CFE, los buenos deseos de inversión pública y las limitaciones de diversa naturaleza, estaríamos ante una tormenta perfecta que dejaría como víctima al usuario, con altos costos de energía y/o falta de confiabilidad en su sistema eléctrico.
¿Puede evitarse esto sin violar la ley?
Claro.
Primero, definiendo las necesidades del mercado o del sistema de forma clara. Eso es la planeación vinculante. Pero, entonces, definir los alcances reales, tanto técnica como financieramente hablando, de CFE; entonces, exponer los proyectos viables desde la propia CFE con transparencia; después abrir rondas (realizadas por un tercero, como el CENACE) para los modelos mixtos o de largo plazo, de acuerdo con las propias necesidades. Y finalmente abrir con esa misma transparencia la capacidad de la red de recibir energía de proyectos no ligados a CFE.
Además, seamos francos, la red es actualmente la parte más débil y la que requerirá de mayor inversión, así como de una verdadera planeación vinculante; es decir, proyecto instruido deberá ser proyecto construido.
Así se dará algo de confianza al inversionista, confianza ya menguada por la reforma judicial, pero se dará claridad de dónde desarrollar proyectos.
De otra forma, si se quiere dar prevalencia y respetarla a rajatabla, habrá que estar listos para la degradación y mantener el freno al desarrollo del sistema eléctrico.
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