Energía limpia a la carta
La Ley de la Industria Eléctrica se concibió en el marco de la reforma a la Constitución en materia energética, pero también en un contexto internacional de lucha contra el cambio climático, lo que da pie a la transición energética. Para empujar la transición energética los legisladores insertaron en la Ley el mecanismo de Certificados de Energía Limpia (CEL), el cual obligaba a todos los suministradores a que un porcentaje de la energía que venden a sus clientes provenga de fuentes limpias. Los suministradores debían comprar tantos certificados como fuera necesario de los generadores. Los CEL buscaban que, en lugar de sanciones por consumir energía contaminante, hubiera un incentivo mediante ingresos adicionales para invertir en proyectos de energía limpia. La intención era que hubiera más capacidad nueva, no solo crear un método de contabilización de energía limpia. Parece que este es lo que la actual administración federal no ha entendido. Entonces, al hacer las reglas de estos certificados se decidió que solo la capacidad nueva de generación limpia tuviera acceso a estos certificados. Por otro lado, algunas fuentes de cogeneración se consideraron energía limpia, siempre que cumplieran con criterios de eficiencia mínima. Los ciclos combinados quedaron fuera de la definición ...