El Indice de Impacto Petrolero (IIP) todavía se encuentra muy por debajo del nivel
observado entre 1979 y 1985, lo cual hace poco probable un cuarto shock petrolero.
Roberto Carmona* y Edgar Jones**
Si actualmente los precios internacionales del petróleo crudo constituyen o no un récord histórico depende de cómo sean medidos. En términos nominales, la respuesta es afirmativa. Los precios ya han superado los máximos históricos registrados a inicios de los años ochenta. La respuesta es negativa si el precio se mide en términos reales, esto es, convirtiendo el precio histórico a dólares de 2007. El máximo promedio anual registrado en la historia ocurrió en 1864 con récord de 105.93 dólares por barril (US$/b). El siguiente récord tuvo lugar en 1980 con 85.03 US$/b para la cotización promedio spot del crudo West Texas Intermediate (WTI). En 2007, el precio promedio para el WTI se situó en 72.26 US$/b. Aunque este precio fue todavía lejano a cualquiera de los récords históricos de 1864 y 1980, en noviembre de 2007 el WTI promedió 94.74 US$/b superando el récord de enero de 1981 de 94.08 US$/b.
La respuesta tiene distintos matices dependiendo de la selección histórica de la serie de precios, del año base usado para deflactar los precios nominales, del crudo seleccionado y hasta de la moneda a la cual se precie el crudo. Independientemente de las mencionadas variantes podemos concluir lo mismo: el récord histórico anual en términos reales aún no ha sido superado. Pero más relevante que la simple medición de los precios en récords y la especulación sobre el día en que serán superados, es de interés conocer las razones que los originaron y las consecuencias de los mismos. Esto nos ha llevado a hacer un breve recuento de la historia detrás de los shocks petroleros, que se puede consultar en el sitio www.energiaadebate.com.mx, en una versión más amplia del presente artículo.
EL MERCADO ACTUAL
Hoy, se viven precios elevados que contrastan con los de hace una década. Hay 88.82 US$/b de diferencia entre el mínimo precio para el WTI, registrado el 10 de diciembre de 1998 (10.82 US$/b) y los 99.64 US$/b al cierre del pasado 2 de enero. La demanda mundial de petróleo ha crecido constantemente en un promedio de 2% anual y se ubica en cerca de 14 millones de barriles diarios (MMBD) por arriba de la registrada en 1999 (75.5 MMBD), apoyada por un sólido y constante crecimiento económico mundial (4.4% promedio anual entre 1999 y el esperado por el Fondo Monetario Internacional para el 2008). De 1999 a las estimaciones para 2008, los países asiáticos han aumentado su consumo anual de petróleo a una tasa promedio superior al 3%; tal crecimiento ha sido bien sustentado por una tasa anual promedio de crecimiento económico superior al 8%.
Precios de 100 US$/b demuestran parte de las diferencias existentes en el mercado internacional, respecto a los años ochenta e incluso hace diez años. El año 2007 inició con cotizaciones de 50 US$/b, pero para noviembre el WTI rebasó el récord mensual histórico del siglo XX de 94.08 US$/b registrado en enero de 1981, al promediar 94.74 US$/b. Las causas del rápido aumento responden a las expectativas de la creciente demanda mundial y de moderado aumento de la oferta, lo que mantendrá un estrecho balance mundial de petróleo, así como a factores de inestabilidad geopolítica en zonas de importante producción, como Nigeria, el mayor productor de África, y Medio Oriente. Asimismo, los mercados financieros han jugado un papel importante en los recientes aumentos, pues los contratos futuros de crudo han sido una buena opción para la diversificación de riesgo ante la caída de los mercados accionarios denominados en dólares, moneda que de enero a diciembre de 2007 se depreció en más de 10% frente al euro.
Las expectativas de estrecho balance mundial de petróleo y las necesidades de diversificar el riesgo financiero, exacerbaron la tendencia al alza de las cotizaciones del crudo y dieron lugar a que en julio de 2007, el interés abierto para el contrato de crudo del Mercado Mercantil de Nueva York (NYMEX) alcanzara un récord histórico con 1,549,425 contratos (cada contrato es de 1,000 barriles). A pesar de la tendencia al alza de las cotizaciones de crudo, las cuales ya se encuentran en máximos históricos, la Agencia Internacional de Energía (AIE) espera un aumento de la demanda mundial de petróleo de 2.1 MMBD, para este año, destacando Asia y Medio Oriente como las regiones de mayor crecimiento.
EL ÍNDICE DE IMPACTO PETROLERO (IIP)
Una fuerte razón que descarta la posibilidad de que ocurra otro Shock como el de inicios de los ochenta, radica en que el aumento del crecimiento económico mundial ha sido más elevado que el costo del consumo de petróleo, entendido como el precio pagado por el volumen de petróleo consumido. El Índice de Impacto Petrolero (IIP) se obtiene de dividir el costo del consumo de petróleo entre el PIB y constituye un buen indicador de la propensión de que la economía mundial entre en una recesión a partir de mayores niveles de precios del petróleo.
La gráfica 2 muestra la relación entre el IIP, el precio del WTI y las recesiones en Estados Unidos. El IIP alcanzó su nivel más alto en los años ochenta debido a que el aumento en el nivel de precios fue proporcionalmente mayor al crecimiento económico. Tal situación eventualmente derivó en dos shocks petroleros. Las recesiones económicas de 1990-1991 y del año 2001 en los Estados Unidos coinciden con moderados aumentos del IIP, pero ninguna de las dos recesiones estuvo asociada a un aumento en los precios del petróleo. Para el 2008 se estima que el IIP seguirá aumentando, pero aún considerando un precio promedio similar al de 1980 (85 US$/b de acuerdo con el pronóstico el Departamento de Energía de los Estados Unidos), el IIP todavía se encuentra muy por debajo del nivel observado entre 1979 y 1985, lo cual haría poco probable un cuarto shock petrolero.
La economía mundial está mejor preparada para soportar precios más altos de petróleo que en los años ochenta, pero como hemos visto a través de la historia del mercado petrolero internacional, los aumentos bruscos y prolongados tuvieron consecuencias importantes sobre la economía mundial, así como sobre la industria en su conjunto. El IIP aumentaría a los niveles de 1981-1982 si el precio en 2008 se llegara a situar entre 110 y 120 US$/b, en cuyo caso no solamente observaríamos un nuevo récord histórico del siglo XXI, sino de todos los tiempos y también, muy probablemente, viviríamos un cuarto shock petrolero.
EL ESTRECHO BALANCE MUNDIAL
Si bien el escenario para los siguientes años favorecerá precios elevados por el estrecho balance mundial de petróleo, las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE), la OPEP y el Departamento de Energía de los Estados Unidos (DoE) han tenido que acomodarse a la contraintuitiva relación entre altos precios de crudo conviviendo con elevadas tasas de crecimiento en la demanda. El DoE estima que entre el 2009 y el 2030 las cotizaciones internacionales del crudo aumentarán de 85 a 150 US$/b y que la demanda mundial y de la de los países No-OCDE crecerá anualmente a una tasa promedio cercana al 1.5 y 3%, respectivamente. La OPEP y la AIE, cuentan con estimaciones de la demanda consistentes con las del DoE, al ubicar la demanda mundial en 120 MMBD para el 2030.
El DoE y la AIE coinciden en que el transporte será el sector que demandará la mayor cantidad de hidrocarburos con una participación superior al 55% del total del consumo de líquidos por sector. El sector transporte en México es una variable clave para el balance de energía nacional, pues la participación del volumen de ventas internas de gasolina y diesel representa el 60% del volumen total de ventas de productos petrolíferos. La tasa de crecimiento de las ventas internas de gasolinas ha sido muy elevada, de 2002 a 2007 aumentó cerca de 40%. En noviembre de 2007, las ventas internas de gasolina se ubicaron en 778 miles de barriles diarios (MBD), de los cuales únicamente 210 MBD fueron producidos en México. De continuar este ritmo de consumo, el volumen de ventas internas de gasolinas podría llegar al millón de barriles diarios para el año 2015.
Los precios se mantendrán con un buen nivel de soporte por la mayor demanda, particularmente de los países en desarrollo y por la incertidumbre proveniente de la oferta mundial. Por un lado, una mayor proporción de la oferta mundial de petróleo provendrá de los países miembros de la OPEP, pero algunos de ellos como Irán, Irak, Nigeria y Venezuela son considerados de alto riesgo político y económico, lo cual obstaculiza la asignación de recursos para llevar a cabo inversiones en infraestructura, aumentando la especulación y la volatilidad del mercado petrolero internacional. Por el otro, se espera un crecimiento marginal o nulo de la oferta No-OPEP a partir del 2010 y éste estaría concentrado en la ex-URSS, el Oeste de África, Canadá y Brasil.
Recientemente, los costos marginales de extracción se han llegado a ubicar hasta en 70 US$/b, mientras que se habían mantenido estables en alrededor de 20 US$/b entre 1990 y 2002, cuando el volumen de crudo no convencional representaba menos del 2% de la producción total; de acuerdo con el DoE se espera que el crudo no-convencional constituya hasta 10% de la oferta total en el 2030 (110 MMBD).
La nueva estructura de costos de producción, misma que determina el nivel de precios en el largo plazo, podría hacer que algunas fuentes de producción que hoy son consideradas no-convencionales, como el crudo de arenas bituminosas de la provincia de Alberta en Canadá o la producción en aguas ultra-profundas, mañana constituyan parte de la producción convencional. México podría beneficiarse de las expectativas de mayores precios, pues buena parte de su potencial del crecimiento en la producción de petróleo necesaria para enfrentar la declinación actual, se encuentra en la producción en aguas profundas y ultra-profundas en el Golfo de México.
POCO PROBABLE, UN NUEVO SHOCK
Los precios récord de los siglos XIX y XX serán superados en el siglo XXI, pero el riesgo de que ocurra un nuevo shock petrolero es menos probable. El actual aumento de precios responde en buena medida a una mayor demanda sustentada con crecimiento económico. Los cambios tecnológicos, la búsqueda y desarrollo de fuentes de energía alternativa, las políticas y hábitos de consumo pro-ambientales, y en general de conservación y eficiencia energética, mantendrán su marcha con mayor fuerza en este siglo. Los países productores y consumidores parecen haber aprendido la lección del tercer shock petrolero y buscarán mantener en balance sus respectivas necesidades. De cualquier manera no se descartan tensiones geopolíticas, avances tecnológicos o incluso desastres naturales que podrían poner en riesgo el estrecho y ya de por si delicado balance petrolero internacional.
El gran reto para la industria petrolera internacional en el siglo XXI será el hacerle frente a una creciente demanda en zonas donde la estabilidad de precios es todavía necesaria para su desarrollo, especialmente para los países de Asia, al tiempo que la estructura de costos de producción se encuentra en aumento y las reservas más importantes de hidrocarburos están concentradas en países que no necesariamente comparten la visión de precios de equilibrio de mercado, pues sus economías poco diversificadas y poblaciones en crecimiento requieren de precios elevados.
Consecuentemente se observarán nuevos récords históricos de precios, acompañados de mayor volatilidad, la cual afectará, como en los siglos anteriores, tanto a productores como a consumidores. Los daños ambientales son una realidad difícil de ignorar, al igual que lo son los efectos que las políticas y tecnologías para combatirlos tendrán sobre la industria petrolera y sobre nuestros hábitos de consumo de energéticos.
El uso racional del petróleo y de los recursos económicos generados de su comercio internacional es necesario para el funcionamiento armonioso de un mercado internacional que funcione en beneficio de la humanidad. La cooperación entre productores y consumidores será fundamental para enfrentar los retos del siglo XXI. Como lo fue en el siglo XX, México, hoy el sexto productor de petróleo más importante del planeta, será sin duda un partícipe clave en el destino de la industria petrolera internacional frente a los retos del siglo XXI.
* Roberto Carmona se desempeña como analista de mercado petrolero y pronósticos precios en PMI Comercio Internacional (rcarmona@pmicim.com ). Edgar Jones es gerente comercial de Crudo para Europa y Asia de PMI Madrid (ejones@pmicim.com ).