Gerardo R. Bazán Navarrete, Gilberto Ortiz Muñiz y Jesús Cuevas Salgado / para Energía a Debate
A la ya de por sí complicada vida de Pemex derivada de la aplicación de políticas públicas orientadas a restringir la participación del Estado en las actividades económicas del país durante los últimos 40 años, en muy corto tiempo le llueven diversas calamidades de origen externo que incrementan las incertidumbres sobre el logro de los desafíos que enfrenta la actual Administración.
Es bien sabido que la producción de crudo se encuentra en declinación persistente desde hace unos 14 años; los proyectos de PEMEX y de los privados para aumentar la producción tendrán resultados en el mediano plazo; la producción de gas natural también es descendiente y el gas marino está contaminado con nitrógeno; asimismo, la capacidad de refinación con trabajos alcanza el 40% de su capacidad nominal y ocurren frecuentes accidentes; la petroquímica también anda de capa caída, sin gas natural y sin etano; PEMEX tiene problemas de liquidez, etc., etc.
Por si fuera poco, en los últimos meses ha sufrido los efectos negativos consecutivos de fenómenos geopolíticos y de salud global:
- * Baja en la calificación de su nota crediticia, por instituciones calificadoras internacionales, que aumenta el costo del financiamiento y los pasivos de PEMEX.
- * La pandemia del coronavirus con la consecuencia de una recesión económica mundial y, por tanto, para el país, derivada de las medidas de aislamiento social y, por ende, la disminución de transporte y el cese de la actividad económica a nivel internacional. De ahí un menor consumo de petróleo en el mundo.
- * Y, en medio de la crisis sanitaria, la caída del precio internacional del petróleo, por desavenencias políticas dentro de la OPEP+, y, que si bien ya hubo un acuerdo para aumentar el precio, este no ha retomado los niveles que tenía antes de la pandemia.
La caída del precio internacional del petróleo, que, a su vez, provoca una reacción en cadena que retroalimenta negativamente los flujos de capital entre Pemex y el erario público:
- * Con menores volúmenes de exportación y menor precio del petróleo, el erario público recibirá menos recursos fiscales.
- * Esto, coloca la Federación en aprietos para asignar los escasos recursos económicos a los diversos programas sociales o para respaldar el endeble sistema de salud nacional ante la pandemia, a las micro, pequeñas y medianas empresas o canalizarlos a los proyectos de la Empresa Productiva del Estado.
Otra consecuencia colateral es la posibilidad que los ingresos que recibe el país por remesas de los connacionales en los Estados Unidos también se vean reducidos.
Como se puede ver la combinación de las contingencias simultáneamente, han incidido en la debilidad creciente de la interacción de flujos financieros entre la Federación y PEMEX, y, por otro lado, en una recesión económica.
Ahora bien, tomando en cuenta que las expectativas de que el ciclo de pandemia pase en los próximos meses y que la actividad económica vaya retomando su dinámica paulatinamente, se considera conveniente reflexionar sobre las lecciones que han estado emanando de ese fenómeno, particularmente para PEMEX cada vez más expuesto a riesgos.
En este sentido se considera que el plan original del Jefe del Ejecutivo para fortalecer a PEMEX se volvió más complejo y puede requerir de mayores alternativas estratégicas.
Si fuera el caso, sería oportuno considerar la integración de uno o varios comités para la formulación de alternativas tendientes a aminorar los efectos de la recesión esperada en el país, dentro de un contexto de desaceleración económica internacional, adicionales a los equipos de trabajo de su confianza.
Como analogía, se puede considerar el llamado que ha hecho el Presidente López Obrador a los jubilados del sector salud para afrontar la pandemia. Esto equivale a los grupos de trabajo conocidos como THINK TANK o TASK FORCE, muy comunes en países desarrollados. Nuestro país cuenta con una gran cantidad de especialistas en diversas áreas técnicas, económicas, sociales, etc. y con amplia experiencia profesional, muchos de ellos en la academia, en la industria, en asociaciones civiles y en la propia estructura administrativa del estado.
A nivel institución se pueden mencionar: la CEPAL, la OLADE, el IPN, la UNAM, el COLMEX, el Grupo Tepoztlán, el Consejo Mundial de Energía, cuyos participantes han incursionado en proyectos energéticos en aspectos de análisis, dirección, planeación, control, administración, etc., así como en la prospección de recursos de hidrocarburos, construcción de plantas industriales.
Cabe mencionar algunos ejemplos:
- * Los trabajos sobre seguridad energética dirigidos por el Dr. Pablo Mulas y el grupo de expertos del Instituto de Investigaciones Eléctricas y del Programa Universitario de Energía.
- * La construcción de la planta nuclear de Laguna Verde, un proyecto encabezado por el ingeniero Juan Eibenschutz.
- * En el sector económico el grupo “Tepoztlán”, con la experiencia de Mauricio de María y Campos.
Tal vez la participación pudiera ser en aspectos particulares o específicos que requieran un tratamiento específico dentro del plan general.
CONCLUSIONES
Entre la pandemia del coronavirus y la crisis de la OPEP+ para encontrar un nuevo precio de equilibrio ante la caída de la demanda del petróleo a nivel global, además de la baja de calificación financiera de PEMEX, la colocan en una situación coloquial “mal y de malas”.
Con ello la precaria salud financiera del país, derivada de la debilidad en la interacción de flujos financieros entre PEMEX y la Federación, se vuelve más complicada, debido a que el Gobierno Federal ahora tiene que asignar recursos económicos públicos extraordinarios al sistema de salud nacional y a otros sectores vulnerables.
Otra consecuencia es que la inactividad económica derivada del aislamiento social en el país y en extranjero conllevará a una recesión económica importante.
La situación ha provocado fuerte preocupación en amplios sectores de la IP, sobre todo en el numeroso grupo de empresas que han estado participando en la recuperación del sector y que desearían que se mantuviera el estado de cosas que se dio con la apertura.
Hay una lluvia de opiniones y posturas, a la vez que desde la Presidencia se mantiene la posición de revitalizar la presencia del sector público, fortaleciéndose a PEMEX y CFE.
Llegar a puntos de coincidencia y acuerdo, podría ser posible si se acudiera al ejemplo de sector salud, en el manejo de la pandemia del COVID-19, en el que el Presidente reúne a un pesado grupo de especialistas, con una cabeza fuerte y prestigiosa, para confiarle el manejo de la crisis.
El nuevo reto es librar los estragos de la pandemia sobre la población y diseñar un plan estratégico orientado a reactivar la economía del país en un ambiente de confrontación entre una filosofía con visión social y una inercia orientada al capitalismo.
RECOMENDACIONES
1.- Si bien se sabe que en las primeras etapas de gobierno, en algunos casos, la confianza ha sido más importante que la experiencia, se considera que con las contingencias esa proporción podría requerir un grado mayor de habilidades.
2.- Tomando en cuenta las contingencias sanitarias y petroleras, se considera conveniente reflexionar sobre la posibilidad de incorporar al sistema de planeación nacional, opiniones independientes de expertos en las diferentes áreas de actuación de la administración pública.