La Agencia Internacional de Energía (AIE) advirtió que ante el aumento de la capacidad de generación eléctrica de bajas o cero emisiones en el mundo, principalmente eólica y fotovoltaica, es importante tomar en cuenta las condiciones climáticas y contar con suficiente energía despachable y sistemas de almacenamiento de larga duración.
En su más reciente informe sobre el sector eléctrico, la Agencia prevé que por primera vez la generación mundial de energía de bajas emisiones, como la eólica, fotovoltaica y la nuclear, satisfarán todo el crecimiento de la demanda global hasta 2027.
Asimismo, estima que la energía solar fotovoltaica se convertirá en la segunda fuente limpia, después de la hidroeléctrica, para este 2027.
Lo anterior, ante un escenario de contracción de la generación con base en el carbón, prevista en 33 por ciento.
“Las energías renovables, en conjunto, superarán a la generación a carbón en 2025 y la participación del carbón caerá por debajo del 33% por primera vez en los últimos 100 años”, expuso el organismo.
Clima y almacenamiento
Sin embargo, la Agencia bajo la presidencia de Fatih Birol consideró que en la medida en que aumente la proporción de fuentes de energía renovables en la mezcla eléctrica mundial, se vuelve importante comprender los períodos con menor generación eólica y fotovoltaica debido a las condiciones climáticas.
“Si bien estos eventos pueden sobrecargar el sistema de energía, será esencial tener suficiente capacidad despachable y almacenamiento de larga duración”, asentó.
De acuerdo con la AIE, los períodos temporales con menor generación eólica y solar pueden ejercer una presión adicional sobre el sistema eléctrico, especialmente si ocurren durante períodos de alta demanda de electricidad, como inviernos más fríos con mayor demanda de calefacción, o veranos más calurosos con una mayor carga para enfriamiento.
Durante estos períodos, abundó, la demanda de energía se satisface principalmente mediante centrales eléctricas despachables y utilizando diversas medidas flexibles, además de que pueden conducir a precios temporales y brevemente más altos en los mercados mayoristas si la oferta es escasa.
“Disponer de suficiente capacidad despachable (de bajas emisiones) y de almacenamiento de larga duración, entre otras opciones de flexibilidad, como la flexibilidad del lado de la demanda y las interconexiones, es importante para gestionar eficazmente estos períodos”, recomendó.
Como ejemplo, la Agencia refirió que a finales del año pasado y en los primeros días de enero de 2025, en regiones del norte de Europa la combinación de la generación eólica y solar había sido baja, debido a un efecto conocido como Dunkelflaute, esto es, oscuridad y ausencia de viento, fenómeno que, además de disminuir la generación, promueve un aumento en el precio de la energía principalmente en los mercados mayoristas.
Afortunadamente, agregó, esos eventos se gestionaron con éxito sin ningún impacto en el suministro de electricidad, gracias a la resiliencia de los sistemas eléctricos y los mecanismos de mercado subyacentes.
“Los picos de precios observados durante el período de unas pocas horas solo tuvieron un impacto muy limitado en los precios medios, pero actuaron como señales importantes para incentivar a los generadores flexibles a producir más y para que los consumidores flexibles reduzcan su consumo, al tiempo que facilitan la importación y exportación eficientes de electricidad”, explicó.
Otros sistemas de bajas emisiones y de captura de carbono
Por ello, la Agencia estimó conveniente que en un sistema energético, las capacidades térmicas deben basarse en combustibles de bajas emisiones o incluir la captura y el almacenamiento de carbono.
“Al realizar evaluaciones de la suficiencia de los recursos, es crucial tener en cuenta la naturaleza impredecible de los impactos climáticos, que pueden influir en la planificación de las inversiones, las posibles jubilaciones de los generadores y las decisiones de política”, agregó.