Nos cuentan que 134 trabajadores “eventuales” del CENACE no recibieron su pago esta primera quincena de enero.
Les dijeron que simplemente no había sido posible correr su nómina ni había tiempo estimado para que se regularizara la situación; la única explicación informal fue que hay un problema ante la SHCP pues ya no tenía contempladas sus plazas en el presupuesto 2022.
Estos trabajadores pasaron de outsourcing a “eventuales del CENACE” el 1 de noviembre pasado, esperando que las condiciones laborales mejoraran y tener mayor certidumbre sobre su futuro.
Pero entre reducciones salariales, diferentes prestaciones, falta de vacaciones y el “olvido” del depósito de la nómina, todo parece indicar que no hay respaldo para estos trabajadores.
Ante estas situaciones surgen preguntas como ¿por qué en un organismo de la cual depende el control del Sistema Eléctrico Nacional, con la delicadeza de información que se maneja y tareas tan técnicas encomendadas para que el literalmente el sistema NO se caiga existió personal de outsourcing? Y, ¿por qué existe personal eventual sin garantías para su futuro en CENACE?
Hay recursos, sólo falta quien quiera trabajar con la CFE
La CFE constituyó un “Fideicomiso Maestro” para construir infraestructura que refuerce el abastecimiento de energía a las dos penínsulas del país, que sufren de falta de ésta.
Lo único que sabemos del fideicomiso es que existe, pero no se sabe cuánto dinero hay, cómo se va a repartir y mucho menos cuándo va a arrancar operaciones.
Solo nos han informado que la CFE propuso cuatro centrales de ciclo combinado (esas que según ellos usan dos combustibles) que se van a desarrollar en las Bajas y Yucatán, pero hasta el momento ninguna empresa privada ha levantado la mano para construirlas.
La promesa de la 4T era que las seis centrales funcionaran antes de que acabara el sexenio, pero… Ni Tom Cruise podría cumplir esa Misión Imposible.
Levanten el switch
Esta semana arranca el Parlamento Abierto alrededor de la iniciativa de reforma energética, pero no todo fue derecho a la hora de invitar.
El 12 de enero en la Cámara de Diputados integraron un micrositio para registrar a los invitados al foro, pero con truco. Los morenistas exigieron que los ciudadanos interesados en participar presenten su postura, para ver si los reciben o no. Más que un parlamento abierto parece que es una cerrado, porque quieren controlar quién habla y quién no.No vaya a ser que en una de esas, la diversidad de argumentos le abra los ojos a más de uno, o de plano no gusten en Palacio Nacional.
Durará un mes y todos los ojos estarán puestos en este debate y el posterior proceso legislativo, incluyendo los de nuestros vecinos del Norte.