La Ley de Murphy no suelta a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Justo la semana en que salió a desmentir al Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) sobre un estudio que aseguraba que la falta de inversión en generación y transmisión eléctrica por parte de la empresa estatal a cargo de Manuel Bartlett Díaz era la causante de tanto apagón, pues resultó que se registraron estos cortes en distintas zonas del país.
En varios municipios de al menos cuatro entidades –Veracruz, Sinaloa, Sonora y Quintana Roo– hubo quejas por apagones durante la semana pasada. Incluso Cancún se quedó sin luz.
De acuerdo con el IMCO de Valeria Moy, la inversión en capacidad de generación cayó de los 54,495 millones de dólares registrados en el periodo 2013-2018, a solo 13,249 entre 2019 y 2024. Por su parte, la CFE reviró y dijo que en este último plazo la inversión ascendió a 19,992 millones de dólares. El problema es que en ese monto incluyó la adquisición de las famosas 13 plantas de generación eléctrica de Iberdrola que no agregaron capacidad nueva al país, además de que tampoco quedaron en propiedad de la Comisión.
En fin, si usted alcanzó a leer este texto antes de que se le haya ido la luz, piense que no es que no haya inversión, es nomás mala pata.
¿Oídos sordos?
El asunto de la desaparición de los organismos autónomos, al menos los del sector energético, está demostrando no ser tan sencillo como tan solo dar el plumazo y ya.
A pesar de que la 4T ya está contando con disponer de los recursos que año con año se destinan a la Comisión Reguladora de Energía y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos para financiar programas sociales, las cosas se han atorado un poco.
Y es que a los comisionados de una y otra Comisión –y suponemos que tampoco de los otros cinco organismos en lista para desaparecer– nadie les ha consultado para conocer su opinión sobre el destino de estos órganos reguladores y mucho menos en las formas.
Un grave error, si se considera que son quienes tienen el pulso de primera mano de sus regulados, cada uno en su respectivo ámbito de competencia. Por el contrario, impera el estilo que ha caracterizado a la administración federal que está por concluir consistente en “no mover ni una coma” a las iniciativas del jefe del Ejecutivo federal.
Por lo pronto, los cinco comisionados de la CRE están buscando ser oídos en este proceso. ¿Alguien escuchará?
Más petróleo a Cuba
La que sigue jugando con la espada de doble filo es Petróleos Mexicanos (Pemex) con riesgo a salir muy mal. Es que la petrolera dirigida por Octavio Romero Oropeza continúa muy solidaria y generosa con el régimen cubano con sus envíos de petróleo crudo y refinados a la isla, un asunto que intentó mantener en muy bajo perfil durante meses, pero por fin lo admitió en su reporte correspondiente al primer trimestre de 2024.
Entre enero y marzo, la filial Gasolinas del Bienestar se encargó de mandar a Cuba casi 22 mil barriles de petróleo crudo, más otros 3.6 mil barriles de diversos petrolíferos, todo con un valor por 200 millones de dólares, reconoció en su reporte de la SEC de Estados Unidos.
El gobierno norteamericano ya avisó que las ventas de crudo al gobierno de Miguel Díaz-Canel implicarían sanciones para la Pemex, o más concretamente para su filial, por lo que la 4T ha dicho que no es venta, es ayuda humanitaria.
Aquí el tema es saber si Pemex ha cobrado por esos envíos, lo que llevaría a una sanción efectiva; o en caso de que no haya cobro –lo que evitaría un embargo contra México–, estaríamos entonces ante un caso de entrega de los recursos de México a un gobierno extranjero. De todas formas perdemos.