Redacción / Energía a Debate
Petróleos Mexicanos (Pemex) realizó ayer el montaje del primer tambor o “caldera” de la nueva planta coquizadora, que forma parte de la reconfiguración de la refinería Miguel Hidalgo en Tula.
Asi se inició el proceso de montaje de cuatro tambores de coquización, que arribaron a Tula desde finales de marzo, provenientes de Altamira, en Tamaulipas.
El director general de Pemex Transformación Industrial, Carlos Murrieta Cummings, explicó que se trata de un ensamblaje “milimétrico”.
Cada caldera mide 41 metros de largo, 10.5 metros de diámetro y pesa 565 toneladas. Fueron fabricados en Avilés, España, por la compañía Ingeniería y Diseño Europeo S.A (IDESA).
Las piezas llegaron por barco al puerto de Altamira, en Tamaulipas, y para su traslado a la Refinería Miguel Hidalgo en Tula se trazó una vía por Ciudad Victoria, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Estado de México e Hidalgo.
Los tambores de coquización, así como la torre fraccionadora, son parte del proceso de coquización retardada, que constituye la primera etapa del proyecto “Aprovechamiento de Residuales en la Refinería Miguel Hidalgo”, y la cual permitirá convertir combustóleo pesado en gasolina, diésel y turbosina. La petrolera estatal espera incrementar en poco más de 45 por ciento la producción de gasolinas y diésel en la refinería de Tula para 2019 con la instalación del proceso de coquización.
La de Tula es la cuarta refineria de Pemex que instala una planta de coquización para procesar crudos pesados. Las otras tres son Cadereyta. Madero y Minatitlán.