Los contratos “cost plus” beneficiarían más a compañías nacionales.
JOSÉ FELIPE OCAMPO TORREA*
Existen varias opciones para contratar los trabajos necesarios para construir una nueva refinería en México, pero se recomienda que la ingeniería de proyecto, necesariamente ligada de la procura de equipos, se ejecute con un tipo de contrato que en lenguaje internacional se conoce con el nombre de “cost- plus”.
Esta forma de contratación es la que mayoritariamente utilizan las grandes empresas petroleras del mundo. Pemex la utilizó normalmente hasta que recientemente cambió a usar casi exclusivamente la contratación de proyecto “llave en mano”. En una licitación con contratos tipo “llave en mano”, las empresas extranjeras tienen ventajas sobre las nacionales. Como el contratista ejecuta los trabajos de ingeniería y procura, y es responsable de la compra del equipo, los montos contratados son en muchos casos demasiado grandes para las empresas nacionales de servicios de ingeniería.
En los contratos tipo “cost plus”, el contratista suministra los servicios de mano de obra especializada para ingeniería y procura bajo la dirección de Pemex. Proporciona los servicios técnico-administrativos para las licitaciones de equipo, para que Pemex lo adquiera directamente. Proporciona también los servicios de inspección y avance de la fabricación de los equipos, hasta su recepción en el lugar de la obra.
En los contratos “cost-plus”, las empresas mexicanas tendrán ventajas sobre las extranjeras, ya que el elemento para evaluar las cotizaciones es el costo de hora-hombre, basado en los salarios y con un sobrecosto por prestaciones (seguro social, vacaciones, etc.) e indirectos (servicios requeridos por la empresa: contabilidad, recursos humanos, renta de oficinas, equipos, programas de calculo etc.) y finalmente la utilidad de la empresa, como un porcentaje del costo directo.
En un concurso de este tipo se favorecerían a los trabajadores, profesionistas y empresas nacionales, independientemente de que sean estatales o privadas. Se impulsaría la capacitación tecnológica y la absorción de tecnologías por técnicos mexicanos. Se reconstruiría la industria de servicios de ingeniería nacional, que en épocas no tan lejanas, fue reconocida como una de las mejores y más pujantes del mundo y con una capacidad de ejecución considerable. Rehacer estos cuadros técnicos ha sido un clamor de todas las fuerzas académicas e industriales del país, independientemente de su filiación política e ideológica.
Para los contratos de construcción recomendamos enfáticamente el uso de contratos a “precios unitarios” y dividir los trabajos requeridos para la refinería, en bloques que estén al alcance de estas pequeñas, pero capaces empresas privadas de mexicanos. No los marginemos.
Afirman algunos funcionarios de Pemex que prefieren contratar una obra con el menor numero de contratistas, ya que así se disminuyen los costos de administración de los proyectos. Esta posición, aparentemente lógica, lleva a concluir que privilegiar a las grandes compañías es lo mejor para los intereses nacionales. Es una falacia: la coordinación entre diferentes grupos de trabajo tiene que realizarse en cualquiera de los esquemas de contratación, pero en los de “llave en mano” los realiza la misma empresa que coordina sus diferentes departamentos, empresas filiales o asociadas y subcontratistas. En los tipos de contratación que proponemos, se lleva a cabo el mismo trabajo por Pemex con técnicos mexicanos.
Al exponer estas recomendaciones, debemos aplaudir la decisión de eliminar los “pidiregas” como mecanismo de financiamiento. Además de ser más oneroso para Pemex ?que puede conseguir financiamientos a menor costo? los “pidiregas” favorecían los contratos “llave en mano”.
*Laboró durante 32 años en las áreas industrial y de proyectos de ingeniería de Pemex. Representó a Pemex en Europa y Estados Unidos. Es miembro del Grupo de Ingenieros Pemex Constitución del 17. (ocampotorrea@terra.com.mx ).