El gas natural y la energía nuclear serán considerados como “verdes” para poder acceder a financiamientos y promover la transición energética, de acuerdo con un proyecto de reglamento en el que está trabajando la Unión Europea.
Para ello, la Comisión Europea anunció hoy el proyecto de propuesta de taxonomía que clasifica las actividades que podrán considerarse como “sostenibles” desde el punto de vista climático, entre las que se encontraría la generación de energía eléctrica a partir de actividades nucleares y el gas natural.
El reglamento pretende dar un impulso a las inversiones en proyectos de energías renovables y limpias, como parte de los esfuerzos dirigidos hacia la neutralidad de carbono.
La propuesta ha levantado una discusión entre los países miembros de la Unión Europea y sociedad civil, lo que se ha reflejado en debates acalorados en la Eurocámara y en bloqueos al proyecto.
“Deberíamos acelerar la desaparición de más fuentes de energía dañinas, movernos hacia una mezcla energética principalmente basada en renovables. Pero los estados de la Unión Europea tienen diferentes puntos de partida. Así que bajo estrictas condiciones, el gas y la nuclear pueden actuar como puente hacia un sistema energético más verde como actividades de transición. #EUTaxonomy”, escribió Vladis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, en su cuenta personal de Twitter, @VDombrovskis.
La propuesta se presentó a finales de diciembre y en enero de este año se llevaron a cabo las mesas de discusión, encontrando una fuerte oposición por parte de algunos eurodiputados, organizaciones civiles y organismos públicos de varios países de la comunidad.
De acuerdo con información de medios locales, los 27 países miembros de la Unión Europea no tienen un consenso. Francia, por ejemplo, lidera el grupo que está a favor de la energía nuclear, mientras Alemania es el principal opositor pero el que más promueve el sello verde para el gas natural.
La postura oficial es que la inclusión de estos dos elementos energéticos ayudaría a que se trasladen las actuales inversiones en carbón a sectores que contribuyen a la Transición Energética, esto con las herramientas con las que se cuenta. “Estas dos energías pueden servirnos de puente hacia energías renovables. Es una aproximación pragmática”, dijo Bruselas, sede de la Eurocámara.
La generación de energía eléctrica de la Unión Europea depende en un 20% del gas natural y 25% de las centrales nucleares, según el centro de investigación sobre energía limpia y clima EMBER.
En 2020, los países miembros de la Unión tenían 13% de su mezcla energética basada en carbón, la energía del viento representó 14% del total de la canasta energética, en tanto que la solar participó con 5%.
En el caso de Francia, 70% de su generación eléctrica proviene de la energía nuclear y el gobierno actual pretende incrementar ese porcentaje para alcanzar la “independencia energética”.
En Alemania, la generación para consumo público con gas natural llegó en 2021 a los 51.2 terawatts por hora (TWh), mismo que ha ido reduciéndose por los recientes incrementos en el precio del energético. Mientras, la energía eólica alcanzó un pico alcanzando los 113.5 TWh, la mayor de todo el mix.