Agencias
Países Bajos anunció el cierre del yacimiento de gas natural más grande de Europa, conocido como Groningen, como consecuencia de los sismos que afectan a los habitantes de esa región.
Pese al anuncio, las autoridades señalaron que mantendrán activas 11 unidades de extracción por un año más en caso de que el invierno sea muy fuerte y pueda afectar el suministro de gas en Bélgica.
Este yacimiento ha sido explotado desde 1963, pero desde hace más de 20 años la población circundante sufre pequeños sismos provocados por la perforación, los cuales han provocado cuantiosos daños.
En esta región, muchas casas han tenido que ser restauradas o reconstruidas con la incorporación de normativa antisísmica.
El gobierno había decidido previamente el desmantelamiento del yacimiento debido a los efectos secundarios de las extracciones de gas, que debilitaron el subsuelo de la región y causaron numerosos terremotos. Estos temblores afectaron a viviendas y edificios, llegando al punto de dejar algunas de ellas inhabitables.
El yacimiento todavía alberga dos mil 800 millones de metros cúbicos de metano, lo que representa las mayores reservas de gas en Europa.
Este yacimiento era operado por una empresa conjunta entre la holandesa Shell y la estadounidense ExxonMobil, conocida como Nederlandse Aardolie Maatschappij (NAM).
En agosto de 2012, un terremoto de magnitud 3.6 en la escala de Richter en el pueblo de Huizinge marcó un punto de inflexión, ya que las autoridades no pudieron ignorar más el riesgo sísmico relacionado con la explotación del gas.
En 2018, el primer ministro Mark Rutte expresó el deseo del gobierno holandés de detener la extracción de gas en Groninga. La semana pasada, el consejo de ministros confirmó que el 1 de octubre sería la fecha final para la extracción.