Las empresas Hydro Rein, Atlas Renewable Energy y la firma productora de aluminio Albras se asociaron para la construcción de una central fotovoltaica bajo la modalidad de autoproducción de energía en la localidad de Paracatú, en la provincia de Minas Gerais, Brasil.
Con ello, Albras se suma a las industrias en Brasil que aprovechan el libre mercado de energía que permite adquirir electricidad a precios más bajos.
La central, bajo el nombre de Boa Sorte, tendrá una capacidad instalada prevista de 438 megawatts (MW) y requerirá de una inversión estimada de 320 millones de dólares. Se espera que la construcción de la planta inicie en el cuarto trimestre de 2022 y empiece operaciones a finales de 2023.
Albras firmó un Acuerdo de Compra de Energía (PPA, por sus siglas en inglés) bajo la modalidad de autoproducción con la central Boa Sorte para el suministro anual de 814 gigawatts por hora (GWh) en el periodo comprendido entre 2025 y 2044. Este acuerdo, dijo Atlas Renewable Energy en un comunicado, cubre 12% del consumo anual de energía de Albras.
La planta de aluminio de Albras está situada en el estado brasileño de Pará y es una empresa conjunta entre Hydro y NAAC (Nippon Amazon Aluminium Co. Ltd.). Albras es el mayor productor de aluminio primario de Brasil con una capacidad anual de 450,000 toneladas que abastece a los mercados nacionales e internacionales.
La planta solar Boa Sorte contendrá más de 800,000 módulos bifaciales, que proporcionarán energía suficiente para evitar la emisión de 61,500 toneladas de dióxido de carbono (CO2) anuales.
Empresas de Brasil buscan la autoproducción para abaratar costos
El proyecto de la central fotovoltaica de Boa Sorte ya fue presentado al Consejo Administrativo de la Defensa Económica (CADE) de Brasil para su autorización. El CADE es el organismo regulador e investigador, bajo la jurisdicción del Ministerio de Justicia, que vela por la libre competencia en los mercados, por lo que analiza y decide sobre fusiones, adquisiciones de control, incorporaciones y otros actos de concentración económica especialmente entre grandes empresas.
De acuerdo con datos de la Empresa de Investigación Energética (EPE, por sus siglas en portugués) del gobierno brasileño, la participación de la autogeneración a partir de fuentes renovables, principalmente solar y eólica, como de la generación distribuida, pasará de 9% a 17% en el periodo 2021-2030, esto del total de la matriz energética del país.
El recurso más buscado es la energía fotovoltaica, de acuerdo con el organismo, que se incrementaría de 7 terawatts por hora (TWh) a 32 TWh en el mismo periodo.
La búsqueda por parte de las empresas e industrias por establecer sistemas de autogeneración eléctrica se deriva del surgimiento de las nuevas tecnologías, los compromisos sustentables que han adquirido y, sobre todo, para reducir los costos de la energía que les suministra la red nacional, basada principalmente en hidroeléctricas que conforman alrededor de 59% de la generación total nacional.
Según la EPE, la dependencia en la energía hidroeléctrica ha llevado a que Brasil presente actualmente una crisis energética toda vez que el nivel de los embalses ha disminuido significativamente en los últimos años.
Por ello, el gobierno del país del Cono Sur ha decidido restringir nuevos proyectos hidrológicos para la generación eléctrica, mientras que el libre mercado de energía permite la posibilidad de negociación directa con generadores o comercializadores promoviendo la adquisición de energía más barata.