El tema del cambio climático se hace cada vez más relevante en un contexto global en el que estamos viviendo una crisis energética, después de una pandemia. Asimismo, existen implicaciones intergeneracionales de la inacción para paliar los efectos del cambio climático.
La emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y contaminantes provenientes de actividades antropogénicas son parte de las causas del cambio climático. Sin embargo, estos GEI no solo tienen repercusiones en la variación climática que hoy en día enfrentamos, sino que además trascienden a temas económicos y de salud pública.
En 2015, México emitió 534 mil Gg de Co2e (equivalente de dióxido de carbono), cuyo principal emisor fue el sector energético con el 89.9% del total de emisiones, las cuales se derivan del consumo de combustibles fósiles que van desde el encendido de los automóviles hasta el funcionamiento de una central eléctrica de ciclo combinado. Tales actividades son esenciales para el desarrollo de nuestra vida diaria.
Tan solo las actividades de la industria de la energía y el transporte contribuyeron con el 62.9% del total de emisiones de GEI. En menor medida, las categorías de procesos industriales y uso de productos, y residuos contribuyeron con el 10.1% y 8.6% de las emisiones, respectivamente. Es importante señalar que en la categoría Agricultura, silvicultura y uso de tierra se reportan emisiones y absorciones por lo que, para el caso de México, fueron negativas y se reportaron -8.6%.
Por otra parte, en “La economía del cambio climático en México”, se pronostica que los costos asociados a las emisiones de GEI en la economía mexicana, dado su efecto sobre el cambio climático, serán de 6.9% del PIB para 2050 y 18.3% para 2100, los cuales dependen de la tasa de descuento y la tasa de crecimiento económico
Adicionalmente, el estudio “Contaminación del aire ambiente (exterior)” de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que en 2016 la contaminación del aire causó 4.2 millones de muertes prematuras en todo el mundo, mientras que en México, con datos del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) en 2017, 49 mil 095 decesos fueron atribuidos a la contaminación ambiental, los cuales han ido en aumento desde 1990 y han representado entre el 6.8% y 7.2% del porcentaje de muertes totales. Las principales entidades federativas con los mayores números de casos fueron el Estado de México con 6 mil 237 muertes, seguido de la Ciudad de México con 5 mil 391 muertes y Veracruz con 3 mil 823 muertes, en su mayoría asociadas a enfermedades cardiovasculares, diabéticas y renales, y respiratorias crónicas.
Por otro lado, las muertes prematuras o enfermedades suman un total de 1 millón 413 mil 222 de años perdidos, las cuales, en 2018, representaron un costo de 9 mil 989 millones de pesos: 82% del costo total corresponde a muertes prematuras, productividad y ausentismo laboral, mientras que el restante 18% a gasto en salud (costo de hospitalización y consulta).
Dado que la generación de energía en México está basada, en su mayoría, en la quema de combustibles, ésta emite GEI y contaminantes a la atmosfera que se reflejan en el aumento de la contaminación del aire. Como consecuencia, se observa el incremento en las enfermedades, por tanto, es necesario vincular políticas y acciones en el campo de la industria, la energía y el transporte que incidan de manera positiva en la salud y economía de los mexicanos.
“…es necesario vincular políticas y acciones en el campo de la industria, la energía y el transporte que incidan de manera positiva en la salud y economía de los mexicanos”.
Por ejemplo, un impuesto ecológico permite regular actividades contaminantes, cuya efectividad se completa con el destino y el ejercicio efectivo de este recurso. La recaudación del impuesto deberá destinarse a fines como la promoción del uso de tecnologías y combustibles limpios que permita tener una transición energética con beneficios económicos que reduzcan los costos de salud para las enfermedades asociadas a la contaminación ambiental y que, además, incidan en una mayor cantidad de días con mejor calidad del aire.
Existen algunas entidades federativas que ya implementan estas medidas. Por ejemplo, el Estado de México recauda 4.5 pesos en el impuesto por la Emisión de Gases Contaminantes a la Atmósfera.
El estudio del CIEP puede consultarse aquí.
*/ Alejandra Macías Sánchez es economista por la UDLAP y doctora en Políticas Públicas por la Escuela de Gobierno y Trasformación Pública del ITESM. Ha trabajado en gobierno federal y en organismos internacionales. Tiene experiencia en temas de evaluación, finanzas públicas, seguridad social y desarrollo social, sobre los cuales ha publicado. Actualmente es directora ejecutiva en el CIEP y se especializa en cambio demográfico y finanzas públicas. Le interesa mejorar las finanzas públicas con base en evidencia y perspectiva de género
Email: alejandramacias@ciep.mx
Twitter: @maacias
*/ César Augusto Rivera de Jesús es economista por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) con Especialidad en Economía Ambiental y Ecológica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se desempeñó como voluntario en “ICLEI Gobiernos Locales por la Sustentabilidad” donde colaboró en las revisiones de los Planes de Acción Climática Municipal. Fue analista de tarifas de suministro eléctrico y precios de combustibles en la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) y fungió como enlace de control y seguimiento de anteproyectos regulatorios en la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Cuenta con una publicación en la revista “El semestre de las Especializaciones” de la UNAM sobre la Capitalización de las externalidades causadas por los rellenos sanitarios en el precio de las casas.
Actualmente es investigador en el CIEP en temas de transición energética y medio Ambiente. Interesado y apasionado por los temas relacionados con economía, la transición energética y el medio ambiente.
Email: cesarrivera@ciep.mx
Twitter: @Cisa_Rivera
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