Luego de un impasse de 8 años, los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y los 27 que conforman la Unión Europea (UE) se reunieron en Bruselas del 17 al 18 de julio para retomar tratados pendientes, renovar compromisos e intentar llegar a acuerdos multilaterales. La cooperación, el comercio y las inversiones entre ambos continentes, así como la lucha contra el cambio climático y el desarrollo de energías renovables fueron los grandes temas tratados en la cumbre a pesar de los esfuerzos de la UE de poner la invasión rusa de Ucrania en el centro del debate y, de paso, lograr un rechazo formal por parte de la CELAC. Si bien la guerra en Ucrania dominó una parte importante de la agenda, no sin relegar a segundo plano asuntos de vital importancia para la región, como las crisis políticas en Nicaragua, Venezuela, Perú y Haití, ambos bloques llegaron a acuerdos tangibles y la UE anunció importantes inversiones.
América Latina y el Caribe vuelven al radar de Bruselas
El espacio geopolítico de América Latina y el Caribe estuvo alejado del radar de Bruselas (y pasó a segundo plano para Washington) durante los últimos 20 años, pues tanto la UE como Estados Unidos enfocaron sus energías en Medio Oriente, África y en la relación con Asia, abriendo las puertas de la principal región proveedora de materias primas del mundo a China, pues durante ese periodo el gigante asiático invirtió cerca de 315 mil millones de dólares en Latinoamérica y se convirtió en el principal socio comercial de Brasil y Perú, además de dos de los países con más reservas probadas de litio a nivel mundial, Argentina y Chile.
La creciente presencia de China en la región, el cambio climático a nivel mundial y el impacto que ha tenido la guerra en Ucrania en el suministro y los precios de petróleo crudo y gas natural en Europa, contribuyeron a renovar el interés de la UE en América Latina y el Caribe, tanto como potenciales proveedores de materias primas críticas para la transición energética, como aliados en la lucha contra el cambio climático.
Litio, un recurso geoestratégico
La importancia del litio latinoamericano para Europa comprende diversos componentes geopolíticos. Por un lado, la región –particularmente, Bolivia, Argentina y Chile– ofrece abundantes fuentes de litio para los países europeos ante la urgencia de acabar con su dependencia de los combustibles fósiles importados de Rusia. De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, Bolivia es el país con las mayores reservas de litio a nivel mundial con 21 millones de toneladas, seguido de Argentina con 19 millones de toneladas y Chile con 9.8 millones. Los tres países que conforman el llamado “Triángulo del Litio” concentran el 85% de las reservas probadas a nivel mundial. A esto hay que agregar las cerca de 2 millones de toneladas probadas en México, noveno país con más reservas mundiales. Por otro lado, de acuerdo con estimaciones del Parlamento Europeo, la UE necesitará de 18 a 60 veces más litio entre 2030 y 2050 para satisfacer la demanda de baterías para vehículos eléctricos y para lograr sus objetivos de reducción de CO2 propuestos por la Comisión Europea.
A esto se agrega la influencia de China en la región. El gigante asiático es un peso pesado de la industria del litio a nivel mundial, pues a pesar de tener solo el 7% de las reservas mundiales probadas, Beijing produjo cerca del 70% de las baterías de litio que entraron al mercado mundial en 2022, al mismo tiempo que lideró las inversiones en minería de litio en América Latina a través de tres compañías, Ganfeng Lithium, Tianqi Lithium y Zijin Mining. En efecto, tan solo en 2022, Ganfeng Lithium adquirió la mina Bacanora Lithium en Sonora, la más grande del mundo, y pagó 962 millones de dólares por la empresa argentina Lithea. También en Argentina, Zijin Mining adquirió Neo Lithium y en Chile, Tianqi Lithium, logró hacerse con el 24% de la empresa local de litio SQM.
Además, China pudo colocarse como el principal inversionista en Bolivia. En enero de 2023, la empresa china CATL BRUNP & CMOC (CBC) y la estatal Yacimientos del Litio Bolivianos (YLB) firmaron un acuerdo para la puesta en marcha de dos complejos industriales con tecnología de extracción directa de litio (EDL) y, en junio pasado, la empresa china Citic Guoan y la rusa Uranium One Group firmaron un acuerdo con YLB para invertir 1,400 millones de dólares para la extracción de 50,000 toneladas anuales de litio a partir de 2025.
Inversiones y energías renovables, un tema central
Al final de la cumbre de Bruselas, la UE logró proponer una nueva agenda de inversiones como parte de la Global Gateway Investment Agenda (GGIA) —una plataforma de inversiones y cooperación de la UE a nivel global– centrada en América Latina y el Caribe. En total, la UE se comprometió a invertir € 45 mil millones en 130 proyectos de aquí a 2027, principalmente para la promoción de energías renovables, servicios digitales, electromovilidad y la lucha contra el cambio climático. En este contexto, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) acordó un préstamo de € 300 millones a Santander Brasil para la instalación de plantas fotovoltaicas de consumo a pequeña escala. Con Chile, la UE firmó un acuerdo por € 225 millones para el desarrollo de hidrógeno verde además de la firma del memorándum de “Asociación Estratégica sobre Cadenas de Valor Sostenibles de Materias Primas” para adquirir litio y cobre. Adicionalmente, la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, y el ministro de Asuntos Exteriores de Uruguay, Francisco Bustillo, firmaron un acuerdo en materia de energías renovables y uso de hidrógeno verde. Paralelamente, la UE firmó acuerdos bilaterales con Argentina, El Salvador, Ecuador y Honduras en materia de movilidad sostenible y conectividad.
¿Hacia un nuevo escenario geopolítico?
Si bien América Latina está lejos de poder actuar como un bloque en la construcción de un nuevo orden multipolar, la región tiene más cartas para defender sus intereses, entre ellas, sus gigantescas reservas de litio y su enorme capacidad para las energías renovables. El rechazo de los miembros de la CELAC a la presión de la UE de condenar la invasión rusa de Ucrania expuso el rol creciente de América Latina y el Caribe en el tablero geopolítico mundial, pues los dirigentes de la CELAC solo se limitaron a expresar su “profunda preocupación por la actual guerra contra Ucrania” sin ninguna referencia a Rusia y promover inversiones en sus respectivos países. Incluso el presidente colombiano, Gustavo Petro, logró el respaldo unánime tanto de la UE, como de la CELAC, a la implementación del Acuerdo de Paz de 2016 y a los procesos de negociación que adelanta el Gobierno Nacional con diferentes actores armados, además de promesas de inversión por parte de la UE para proyectos de conectividad y movilidad sostenible.
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