David Shields
¿Sabrán en qué lío se han metido con la compra de la refinería de Deer Park? El Presidente Andrés Manuel López Obrador la presentó como un gran negocio de oportunidad. Tratando de verle un lado positivo a esa compleja adquisición, argumentamos en ese espacio (Refinerías: crudo desempeño, Reforma, 25-5-2021) que podría tener sentido económico, incluso estratégico, si fuera parte de una rigurosa planeación con maximización de rendimientos en todas las refinerías de Pemex, misma que implicaría traer crudo ligero a México para facilitar sus procesos.
Pero, al día de hoy, esa planeación integral no existe. Según el Presidente, la refinería de Deer Park “formará parte de los bienes del país”. La ve como una extensión del territorio nacional que “será muy importante para la meta de autosuficiencia”. Es decir, él plantea una contabilidad ficticia: el crudo que Pemex enviará a Deer Park ya no contará como exportación y las gasolinas que vienen de allá, ya no contarán como importación.
Pero Estados Unidos es otro ecosistema, en negocios, en cultura, en leyes, en todo. Ahí, Pemex no tratará con autoridades a modo, ni con un sindicato sumiso. Más bien, deberá cumplir con las exigencias de la Environmental Protection Authority (EPA), la United Steelworkers Union y el U.S. Committee on Foreign Investment. Éste último, si es apoyado por la comunidad empresarial de Houston, aún podría bloquear la adquisición. En caso de un desastre natural o climático, el gobernador de Texas o el propio Presidente Joe Biden podría prohibir los embarques de gasolina a México.
Ha aumentado el riesgo de litigios ambientales. Vimos que un tribunal holandés ordenó a Shell reducir sus emisiones a la mitad para el 2030 por contribuir al cambio climático. Compañías americanas y de varios países están vendiendo refinerías. Por algo será.
¿Qué ganamos Pemex y México con esta adquisición? Deer Park está diseñada para procesar petróleo extrapesado, como el crudo Maya y el combustóleo (high sulfur fuel oil) mexicanos, mezclándolos con petróleo ligero como el West Texas. No será fácil que procese un mayor volumen ni que modifique su esquema de comercialización global de crudo y productos. ¿Cuál es la lógica de comprar el otro 50 por ciento de Deer Park, si Pemex ya tiene pleno acceso a esa capacidad de proceso? Además, sin poseer activos, Pemex vende su petróleo sin problema a las refinerías de Exxon, Marathon y Valero –también en Houston– y les compra gasolinas.
¿No tendría más sentido invertir en rehabilitar bien tres de las seis refinerías mexicanas, importando crudo ligero para que ya no produzcan ese combustóleo, que daña medio ambiente y salud al quemarse en las termoeléctricas de la CFE y que también se envía a proceso en las refinerías de Texas, donde compite en detrimento del precio del propio crudo Maya? Exportar crudo y combustóleo y regresar gasolinas también tiene un altísimo costo logístico. ¿Pemex analizó la estructura de costos para operar Deer Park? ¿La conoce?
El gobierno de López Obrador plantea un Pemex ya no con seis, sino con ocho refinerías, a pesar de que su producción petrolera no crecerá. Los yacimientos de crudo pesado, Ku-Maloob-Zaap, pronto se irán agotando. Si acaso entran nuevos yacimientos, casi todos serán de crudo ligero. Entonces, ¿por qué comprar Deer Park? ¿De dónde obtendrá Pemex el crudo pesado para Deer Park en unos años más? Si instala la planta coquizadora en Tula, mejora sus refinerías y arranca Dos Bocas, no sobrará ni una gota de crudo Maya para Deer Park.
Un escenario muy factible, si Venezuela puede librar las sanciones en su contra, es que, dentro de 5 ó 10 años, Deer Park podría, si la legislación ambiental aún lo permite, estar procesando los abundantes crudos bituminosos del Orinoco y canadienses y árabes, por falta de crudo Maya. ¿Para eso queremos esa refinería? ¿Los consejeros y asesores de Pemex analizaron números y tendencias globales? ¿La decisión de comprar Deer Park es algo más que un caso de oportunismo político?
Artículo publicado hoy en el periódico Reforma.
David Shields es analista de la industria energética. Su e-mail: david.shields@energiaadebate.com