Si Usted cree que México se encamina hacia la autosuficiencia energética gracias al “rescate” de Pemex y CFE, con más producción de petróleo y menos importación de gasolinas y gas, me temo que está equivocado.
El Presidente López Obrador quiere dar una vuelta en U en materia energética, cancelar aperturas y regresar lo más posible al monopolio estatal. Sus mensajes son de apoyo a Pemex y CFE, de desaliento al capital privado. El problema es que los planes de negocios de Pemex y CFE son débiles, cortoplacistas e insuficientes. Su presupuesto de ninguna manera les alcanza para cubrir las necesidades energéticas crecientes de un país que aspira a ganarse un lugar en el top ten de economías más grandes del mundo. Incluso el abasto de energía está en peligro, sobre todo por la falta de resolución al conflicto de los gasoductos.
Claro, si México entra en recesión, la demanda y las importaciones de energía podrían disminuir. Pero hay que apostarle al crecimiento económico y ahí Pemex y CFE no podrán abarcar todo. Más bien, dejarán grandes espacios en los mercados energéticos que deberán ser atendidos por un sector privado ambicioso, creativo y flexible.
En este momento, el segmento más pujante de la industria energética nacional es la inversión en transporte, distribución, almacenamiento y venta de gasolinas por particulares. Antes había una sola marca, ahora hay cerca de 60.
Compañías como BP, Oxxogas, Shell, Marathon (Arco), Hidrosina y Mobil amplían y robustecen las redes de gasolineras del país. Ya poseen 150 gasolineras o más cada una y tienen planes para duplicar o triplicar su presencia en los próximos cinco años. Algunas de ellas invierten también en plantas de almacenamiento, vitales para la seguridad energética del país.
La inversión sí va, pero ésas y otras compañías, incluyendo Pemex, ahora buscan mover el producto por mar, por ferrocarril y, sobre todo ahora por ruedas, casi no por ductos. Ello, a pesar de que el transporte por ducto debiera ser muchísimo más económico. Los casos del huachicol y de los arbitrajes promovidos por CFE han puesto en duda la confiabilidad del uso de ductos en México. El mismo Gobierno indicó el camino a seguir al comprar 750 pipas al inicio de su lucha contra el robo de combustibles.
También se percibe un despegue incipiente de la distribución de gas natural por ruedas, en forma comprimida y licuada. Como Pemex no eleva la producción de gas y hay que importarlo, y no se concluyen obras de gasoductos, varias empresas ya analizan opciones para traer gas natural por ruedas. Una compañía anunció que proyecta almacenar 100 mil galones de gas natural licuado en la primera de hasta seis nuevas plantas.
En este y en múltiples sentidos, la política energética actual va en contrasentido de las tendencias globales. El uso de ruedas, en vez de ductos, es sólo un ejemplo. Pero las insuficiencias del sistema energético, así como los desaciertos de la política oficial, son llamados al sector privado a convertir los problemas en oportunidades y a invertir en proyectos que tengan sentido para abastecer un gran mercado que opera en condiciones subóptimas.
Igualmente, en el sector eléctrico, viendo canceladas las subastas, las generadoras privadas ahora buscan intensamente crecer su negocio vía sinergias, al margen de la CFE, con clientes de la mediana y gran industria, para la compraventa de energía en el mercado eléctrico.
Por lo mismo, el abasto energético del país (que casi es sinónimo de seguridad energética) dependerá más que nunca de la innovación de los particulares en este sexenio y hasta es factible que la inversión privada en el sector despegue como nunca, pero siempre y cuando –y ahí está la gran duda– haya confianza y crecimiento económico. Hoy por hoy, falta ese incentivo. Por ello, hay que exigirle al Gobierno y a los reguladores, en particular la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que sean sensibles a la urgencia de promover mayor inversión privada en el sector y que no la restrinjan.
Artículo publicado hoy en el Periódico Reforma.
David Shields es analista de la industria energética: Su e-mail: david.shields@energiaadebate.com