Un buen diagnóstico es el principio de una solución adecuada a cualquier problema. Es poco probable que un mal diagnóstico nos lleve a una respuesta adecuada a una situación, aunque pueden salir por accidente. Hasta un reloj descompuesto atina dos veces al día la hora y no por eso funciona.
En el actual sexenio, el sector energético mexicano se ha visto impactado por una constante: diagnósticos equivocados, las cuales han dado como resultado “soluciones” erróneas. Revisemos algunos ejemplos.
Como primer caso está el costo de la energía eléctrica. El presidente jura que es alto por la entrada de privados, por eso ha buscado dar preferencia a la CFE, que es la generadora más cara, y cerrar la puerta a privados. El diagnóstico errado lleva a una pésima decisión. El privado más barato entrega energía de hasta 1/4 del costo promedio de generación de CFE.
Un segundo mal diagnóstico es el caso del gas LP. Veamos: es probable que haya un oligopolio en el mercado de este energético, por lo que la COFECE lleva a cabo una investigación al respecto. Sin embargo, el reciente incremento en el costo de este producto se debe al alza internacional del precio del propano, debido a que en una buena parte del mundo lo utilizan como materia prima y ya no como combustible. Pero en México, bajo un mal diagnóstico, se llegó a una errada decisión de invertir dinero del erario para crear una empresa que compita en el mercado de gas LP para «bajar su precio».
«La política y la ideología por encima de la técnica no pueden tener resultados promisorios».
Esta decisión dio como resultado una nueva empresa con costos iniciales altos, poco eficiente y también poco competitiva, peleando en un mercado con estrecho margen de maniobra. ¿El resultado? Una empresa con más costos y sin poder ofrecer energía a precios más bajos a los usuarios. ¿Pudo haber una mejor solución? Si: subsidios focalizados. Pero hubo un mal diagnóstico y por tanto una mala solución.
El tercer caso de mal diagnóstico es de nuevo en el sector eléctrico. El director general de CFE tuvo en sus manos un diagnóstico respetable del apagón del 28 de diciembre pasado, que mostró que su decisión política de no invertir en transmisión estaba afectando al sistema eléctrico y generando una red frágil. Ante el hecho de que ese diagnóstico no iba acorde con sus planes políticos, decidió omitir el dato, quedarse con un detalle menor del reporte y buscar desplazar a la competencia, basado en las supuestas afectaciones al sistema eléctrico
¿Cuál es la constante en estas decisiones? Son ajenas a la realidad y buscan generar una historia paralela, ya sea desde el diagnóstico o ignorando el mismo. Negar la realidad o ignorarla solo porque no se alinea con los dictados.
Y si despreciamos la realidad y no partimos de diagnósticos claros, estamos dejando de lado la posibilidad de construir un futuro con bases sólidas. La política y la ideología por encima de la técnica no pueden tener resultados promisorios.
Si en el gabinete energético no son capaces de hacer diagnósticos y se basan en el olfato de gente que ignora la realidad del sector, tendremos decisiones caras, absurdas y pagaremos todos los mexicanos.
Construir un sector energético fuerte es producto de tener diagnósticos certeros. Y eso busca Energía a Debate. Pero cuidado, diagnóstico significa no sólo ver qué nos agrada o se ajusta a nuestras ideas, sino también la antítesis de las mismas. Por eso el portal y la revista se mantendrán abiertos a todas las voces porque es el alma del debate.
Descarga de capacitores
Uno de mis primeros contactos con la industria energética fue David Shields. Jamás imaginé, cuando cuestionaba a David en aquel café de la Condesa sobre el fracking, que algún día su responsabilidad y su tesoro, Energía a Debate, descansaría sobre mis hombros y los de mis entrañables amigos y socios.
Gracias por todo, David, y mantente cerca, que tu guía y buen juicio son necesarios. No esperamos llenar tus zapatos, sino añoramos estar a la altura para seguir caminando tu camino.