La calificadora Standar & Poor’s confirmó la tarde de ayer la calificación soberana de largo plazo en moneda extranjera en ‘BBB’ y en moneda local en ‘BBB+’ con un grado bajo de inversión, además de mantener la perspectiva como estable.
La calificadora presentó escenarios, principalmente en el futuro entorno de la nueva administración luego de pasados los procesos electorales, tanto en México como en Estados Unidos.
Para México, la firma manejó la posibilidad de que se presenten déficits del gobierno general “persistentemente más altos” que se traduzcan en un aumento más pronunciado de lo esperado de la deuda gubernamental que aumentarían, a su vez, los riesgos fiscales.
Esto, agregó, agravaría el riesgo de apoyo extraordinario a las empresas estatales, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y también podría dar lugar a una baja de las calificaciones.
En este mismo escenario negativo, la firma prevé retrocesos inesperados en la gestión macroeconómica o en las relaciones entre los socios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre el fortalecimiento de la cooperación, la resiliencia de la cadena de suministro y los vínculos transfronterizos, que podrían debilitar la inversión y la confianza de los inversionistas, lo que derivaría en una baja de las calificaciones en los siguientes dos años.
Para el periodo 2024-2027, Standard & Poor’s cree que el crecimiento del PIB de México se mantendrá por debajo de la media de las economías similares a la suya, a la vez que espera que se presente la posibilidad de un respaldo extraordinario, “casi cierta”, para Pemex y CFE en caso de ser necesario.
Elecciones 2024, enfoques diferentes sobre el sector energético
La firma reconoció que el legado del presidente Andrés Manuel López Obrador domina el panorama político y sugiere que posiblemente podría presentarse una continuidad.
Citó las encuestas que ponen a la cabeza a la precandidata del partido oficial Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Claudia Sheinbaum, seguida de Xóchitl Gálvez Ruiz, de la alianza opositora, y en tercer lugar Jorge Álvarez Máynez, por el partido Movimiento Ciudadano.
“Los candidatos todavía están en el proceso de definir y comunicar la prioridad de sus políticas, y es probable que presenten diferentes enfoques de política en el sector energético, como el espacio para la inversión privada y la velocidad de una transición verde”, expuso.
La firma calificadora señaló que los sucesivos gobiernos de diferentes ideologías han mantenido finanzas públicas generalmente sólidas, con inflación baja y crecimiento económico moderado en las últimas décadas.
En su opinión, la integración económica estructural dentro de América del Norte, junto con la ejecución cautelosa de la política macroeconómica, sentó las bases para la resiliencia económica desde que comenzó la pandemia de COVID-19.
“Consideramos que esta estabilidad política e institucional se mantendrá después de las elecciones y que la clase política de México intentará aprovechar las oportunidades del nearshoring y diversificar el dinamismo del crecimiento en todo el país”, aseguró.
Sin embargo, adelantó que no se espera que se aprueben iniciativas políticas importantes, especialmente aquellas que requieran de una negociación entre los partidos, de aquí a las elecciones, dado el ambiente preelectoral.
“El mandato del próximo presidente y la composición del Congreso darán información sobre las expectativas para avanzar en cambios estructurales y constitucionales, como los que apuntan a reformar el sector eléctrico, el Instituto Nacional Electoral (INE) y el poder judicial, por nombrar algunos”, dijo.
Nearshoring
Standard & Poor’s igualmente indicó que la forma en que evolucionen las políticas de la siguiente administración será clave para aprovechar las oportunidades de “near-o-friend-shoring”.
Destacó que los inversionistas internacionales se enfocan en emisiones de energía verde. Además, la estrategia para desarrollar y diversificar el crecimiento en el sur del país será una señal clave para la confianza en la inversión local.
Mientras tanto, advirtió, en las regiones norte y centro las exportaciones de manufacturas del sector privado, especialmente a Estados Unidos, afrontan limitaciones de infraestructura, agua y energía.
“La evidencia del aumento del nearshoring no es clara en la información macroeconómica agregada, pero está ocurriendo, según datos de importaciones, del sentimiento empresarial y otra evidencia anecdótica”, acotó la calificadora.