La pobreza energética, un tema cada vez más estudiado en América Latina, se refleja en la calidad de vida de la sociedad mexicana. En países como el Reino Unido e Irlanda existe un desarrollo analítico más avanzado, evidenciado en los casos de análisis que hemos examinado.
Un estudio relevante en México, revela que el 36.7% de los hogares mexicanos enfrentan pobreza energética, esta situación es en gran parte resultado de la omisión de este asunto en la agenda de desarrollo nacional.
En contraste, un proyecto internacional enfocado en abordar la pobreza energética en México son las Cooperativas Energéticas, entidades que generan energía colectivamente para satisfacer necesidades y aspiraciones económicas, energéticas, ambientales y sociales de una comunidad.
Experiencias como la detallada en https://www2.energia.coop/mexico/ han permitido compilar en una plataforma regulaciones, estudios, beneficios y casos de éxito de este modelo. El enfoque comunitario promueve el acceso a fuentes de energía mediante una inclusión democrática y justa en el desarrollo local.
La diferencia de estas cooperativas respecto a la generación distribuida convencional radica en que requieren subsidios o apoyo del gobierno federal o estatal. Los modelos financieros y evaluaciones de retorno de inversión convencionales no se aplican a este modelo comunitario, sin embargo, su eficacia se refleja en el crecimiento y éxito global de proyectos de generación comunitaria, demostrando que con soporte adecuado y estrategia, la democratización y descentralización de la generación eléctrica son alcanzables.
“La diferencia de estas cooperativas respecto a la generación distribuida convencional radica en que requieren subsidios o apoyo del gobierno federal o estatal”.
Es crucial que el gobierno en todos sus niveles, la iniciativa privada y las organizaciones civiles tracen una ruta crítica para incorporar la pobreza energética y el acceso a servicios públicos en sus agendas de desarrollo, es necesario de la colaboración de instituciones públicas y privadas para el éxito de las Cooperativas Energéticas y de cualquier otro proyecto cuyo enfoque sea el bienestar social. Es evidente que hay mucho por hacer, pero iniciativas sociales como las cooperativas energéticas solo necesitan mayor visibilidad para atraer la atención de diversos sectores y lograr su objetivo principal: reducir la brecha en el acceso a la energía.
*/ Alfonso Salvador Hernández Partida es licenciado en Derecho por la UNAM y maestro en Derecho por la Universidad Panamericana. Es un destacado especialista en el ámbito legal y regulatorio del sector energético con experiencia en BERISTAIN + ABOGADOS, ASEA y la Comisión Reguladora de Energía. Actualmente lidera los asuntos legales en Ventus Energy, enfocándose en el sector eléctrico y desarrollo de nuevos negocios.
*/ José Roberto Galindo Chávez es economista de la UNAM con especialidad en Econometría Aplicada. Es director de Análisis Económico en PETROIntelligence y Ventus Energy y consultor en Energía. Destacado por su trabajo en regulación de hidrocarburos y electricidad, ha contribuido significativamente al modelado económico y desarrollo de negocios en el sector energético.
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