Ramses Pech* / para Energía a Debate
Decir que el mundo dejará de utilizar los hidrocarburos pronto es una falacia, pero sí habrá adaptación en la integración de nuevas formas de energía.
La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha realizado un análisis del 2019 al 2045, que incluye la afectación en el 2020 por el COVID19, el cual destaca que el petróleo, el gas y el carbón continuarán siendo preponderantes. La demanda de energía se incrementará, entre 2019 y 2045, en un 25 por ciento y la utilización de la energía primaria, basada en petróleo, gas y el carbón será de 72 por ciento contra 28 por ciento de renovables en 2045 (en 2019, fue de 81 por ciento y 19 por ciento, respectivamente).
Sin embargo, conceptualiza tres ejes principales para el crecimiento económico, con el objetivo de causar el menor daño al medioambiente: Reducir, Reutilizar y Reciclar lo más posible en nuestra vida cotidiana –la llamada “economía circular”–, siendo ahora parte fundamental de nuestras actividades el cómo y dónde utilizamos la energía.
El ser humano nunca dejará de contaminar o frenar el cambio climático por completo, pero podrá por medio de inversiones reales cambiar la forma cómo producimos, utilizamos y recuperamos las sustancias que contaminan. Esta última parte dependerá de los avances tecnológicos que podamos realizar en la próxima década para poder recuperar y reutilizar. Es el nuevo negocio en el mundo. ¿México está preparado? ¿La misión energética de México está considerada?
El nuevo modelo del negocio en energía deberá considerar entre un 20 a 40 por ciento más en el proyecto original para poder cumplir con las 3R de la economía circular. De ahora en adelante deberá ser discutido si este costo es trasladado al consumidor final o deberá ampliar los tiempos de recuperación de cada inversión. ¿Los estudios de impacto social y ambiental están debidamente considerados en México?
El mundo no espera. El estudio de la OPEP indica que la población crecerá a un ritmo de 4 por ciento anualmente, pasando de 7,711 millones de personas en 2019 a 9,479 millones en 2045. El incremento del número de habitantes de la Tierra se traduce en necesidades de combustibles, electricidad, agua y una mejor forma de aprovechar los recursos naturales. Pero sobre todo en comprender y entender que la contaminación no disminuirá notablemente ni el calentamiento global podrá eliminarse; estas dos variables dependerán de la forma de contenerlos y reciclar la mayor cantidad de derivados, desechos o cualquier subproducto que salga de la utilización de la energía. ¿México tiene algún programa para esto?
Dejemos de perder el tiempo en buenos deseos que no aterricen en hechos tangibles. El mundo requiere la energía para tener un crecimiento económico, sin ella no lo habrá y en las próximas tres décadas todavía dependerá de los hidrocarburos bajo un concepto de una mejor reutilización y reciclado en cada parte de la industria.
El nuevo negocio, para cuidar el ambiente, es utilizar bien las 3R.
* Analista de Caraiva y Asociados.