Aun cuando la región de América Latina tiene proyectado un ciclo de inversiones en petróleo y gas por 500 mil millones de dólares para 2030, según cifras de la consultora Rystad Energy y calificado como el más ambicioso de su historia, este segmento de la energía enfrenta desafíos considerables.
Julieta Rodríguez, gerente de Cuentas Estratégicas O & G para Rockwell Automation en Latinoamérica, señaló que dichos desafíos son las tasas de producción decrecientes, infraestructura obsoleta, complejidad en el mantenimiento, grandes volúmenes de datos no estructurados, mayores costos operativos e incluso riesgos ambientales y de seguridad.
Estos puntos, agregó, conducen a la discusión sobre la importancia de la modernización tecnológica en el sector.
Rodríguez refirió que las oportunidades de inversión conviven con activos que rozan el fin de su vida útil.
“En la actualidad, existen yacimientos petrolíferos que operan con infraestructura y sistemas de control obsoletos, no compatibles con las tecnologías de automatización modernas, lo que dificulta el monitoreo remoto”, afirmó.
Añadió que esa obsolescencia permea en cada eslabón de la cadena de valor. Por ejemplo, dijo que en las operaciones on-shore no se cuenta con la cantidad suficiente de sensores inteligentes, ni sistemas SCADA actualizados, lo cual limita la visibilidad y detección de anomalías.
El resultado es un ecosistema con baja conectividad, grandes volúmenes de datos no estructurados y alto riesgo cibernético, expuso.
En cuanto a las operaciones off-shore, apuntó que las plataformas enfrentan desafíos de corrosión y mantenimiento, requiriendo sistemas robustos para optimizar la producción y reducir riesgos; las terminales de almacenamiento a menudo operan con equipos obsoletos, lo que compromete la seguridad y la eficiencia de inventario.
En el transporte mediante ductos y buques, los sistemas rudimentarios dificultan la detección de fugas y la optimización del flujo, haciendo esencial la telemetría avanzada y la automatización, indicó.
Y en el procesamiento de gas y de gas natural licuado (GNL), manifestó que los equipos limitan la optimización en tiempo real y la gestión energética, impactando la calidad y los costos operativos.
“En todos estos segmentos se observan desafíos como baja conectividad e instrumentación limitada, sin mencionar la necesidad de contar con modelos de gobierno de datos que permitan extraer información en tiempo real sin exponer las operaciones a amenazas: ataques de hackers y ransomware”, detalló la especialista.
¿Cómo modernizar el sector del petróleo y el gas?
Ante este contexto, Julieta Rodríguez propuso una estrategia de migración en tres fases. Primero, diagnóstico profundo de activos críticos y brechas de talento; segundo, migración por etapas para minimizar la inactividad, y tercero, convergencia OT-IT con ciberseguridad intrínseca.
Igualmente, dijo que en el proceso de modernización deben considerarse aspectos, como la gestión de datos, la sostenibilidad y la eficiencia energética.
Para gestionar bien la información se requiere, a su vez, una integración total, dando como resultado, reportes de análisis avanzados que ofrezcan métricas de procesos, optimización de operaciones, y predicción de fallas. Esto es vital para cada segmento, desde la extracción en pozos hasta el transporte y procesamiento, permitiendo una toma de decisiones informada y ágil, subrayó.
Respecto a la sostenibilidad, expuso que se logra mediante la gestión energética, implementando sistemas de medición, monitoreo y verificación de carbono, integrados a plataformas capaces de combinar datos de energía y producción que habiliten estrategias de optimización orientadas al consumo eficiente de energía y la reducción de huella de carbono.